Donellan explora en lo difícil que es tener el poder en "Medida por Medida"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 18 sep.- Burdeles, cárceles, conventos, políticos, novicias y un duque cobarde modelan el montaje del director británico Declan Donellan sobre la oscura comedia de Shakespeare "Medida por medida", "rusificada" de la mano del Teatro Pushkin de Moscú, que la estrenará esta noche en el Teatro María Guerrero.

La aventura, tercera de las que emprende Donellan (Manchester, 1953) de la mano del Centro Dramático Nacional (CDN), es una producción de la compañía que fundó Donellan, Cheek by Jowl, y el Pushkin, en coproducción también con el teatro Barbican de Londres y los franceses Les Gemeaux, Sceaux y Scene Nationale.

"Será un gran acontecimiento teatral", ha pronosticado el director del CDN, Ernesto Caballero, que ha resaltado "el tinte oscuro" de esta comedia en la que se diseccionan las relaciones de los seres humanos y el poder.

Donellan, "felicísimo" de estar en una ciudad en la que "los bares son como tiene que ser un bar", es decir, "auténticos, mugrientos", con "delicias" como la morcilla en su oferta de tapas, ha asegurado que está "muy emocionado" con esta colaboración y que cada año "el lazo" que le une al CDN se hace "más y más fuerte".

El que está considerado como uno de los directores teatrales más prestigiosos de la actualidad, agradece también especialmente que el CDN se embarque en estas producciones en tiempo de crisis.

"Soy irlandés en parte y se lo que es la crisis y también se que se ceba más en unos países que en otros", ha precisado.

Todos los actores de "Medida por medida" son rusos y el texto es en ese idioma.

"¿Que si es diferente hacerlo en ruso que en inglés?. Por supuesto, porque el ruso es más duro y los actores se concentran mucho en el texto, con cero de glamour", ha asegurado aunque ha precisado entre risas que los británicos "también" son actores "extraordinarios".

"Medida por medida", una de las más grandes obras de Shakespeare, según Donellan, mantiene al espectador en vilo porque tiene constantes giros dramáticos, que se hacen especialmente vibrantes al situar la acción en la Rusia contemporánea.

"Amamos lo específico, no la generalización, y aquí vemos lo que es importante y lo que no lo es. Las palabras son esenciales pero no lo son todo. Mi próximo trabajo será con un ballet, el Bolshoi, y estoy encantado porque no habrá palabras. Creo que es mentira eso que dice la Biblia de que el principio fue el verbo. Lo primero fueron las circunstancias, el movimiento, la respiración...".

El director está persuadido de que encima del escenario, el 90% del trabajo de un actor está justamente en lo que no se dice, y que eso es algo que "la generación del cambio", "la de los terminales, la de los aparatos", está controlando como nunca antes.

El duque protagonista de "Medida por medida" es un hombre que se ve "en la triste situación" de no saber qué hacer con el poder, del vértigo ante la responsabilidad, un problema, afirma, "que afecta a muchos".

"Es difícil ser dirigente e incluso gobernarnos a nosotros mismos. La culpa de todo lo malo que nos pasa no es de los demás y Shakespeare retrata eso magistralmente y reverbera por toda la escena. Todo arte es política y plantea cuestiones sobre nuestra forma de vivir", afirma.

La generalización, dice, hace que "la vida y la pasión se pierdan" pero reconoce que es "muy difícil mantener la especificidad, el mundo del enigma", aunque cuando se consigue el público "vive una experiencia intensa y se plantea preguntas".

"Medida por medida", insiste, es una obra sobre alguien que se pierde a sí mismo, "un gobernador que deja su reino en manos de sus subalternos, se disfraza de fraile y espía a su propia ciudad y descubre muchas cosas. Es una manera maravillosa de Shakespeare de explicarnos la relación del hombre con la sociedad".

Lo más importante en el teatro, añade, es "compartir experiencias" y no hay que tener miedo a la propia visión sobre las cosas.

"Lo que más aterra en la actualidad es aburrir a la audiencia. Es el peor crimen en esta sociedad de consumo. En 'Ubu Rey' -la obra que estrenó la pasada temporada en el CDN- no pasa casi nada los primeros quince minutos porque así es como debe ser. El teatro trasciende el lenguaje y que a veces no se entiendan todas las cosas es bueno".

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