El dramaturgo cubano Estorino cumple sueño de llevar al teatro "Pedro Páramo"

  • Hechizado por el universo mítico de "Pedro Páramo", el veterano dramaturgo cubano Abelardo Estorino ha cumplido su sueño de llevar a escena la gran novela del mexicano Juan Rulfo (1917-1986) con una obra tan intensa en su ejecución como fiel a la atmósfera onírica y asfixiante del libro.

Raúl Cortés

La Habana, 1 sep.- Hechizado por el universo mítico de "Pedro Páramo", el veterano dramaturgo cubano Abelardo Estorino ha cumplido su sueño de llevar a escena la gran novela del mexicano Juan Rulfo (1917-1986) con una obra tan intensa en su ejecución como fiel a la atmósfera onírica y asfixiante del libro.

Las tablas de la acogedora sala Hubert de Blanck, en el barrio del Vedado de La Habana, recibieron este sábado la última propuesta de este referente teatral de la isla caribeña, que a los 87 años mantiene todavía viva su ilusión por la dramaturgia.

"Ecos y murmullo de Comala" es el nombre de la obra, estrenada esta semana y en la que sobresale José Ramón Vigo en el rol del cruel y autoritario cacique mexicano que da título a la novela original.

Se trata de una lectura personal del libro pero que en ningún momento abandona la esencia del texto original.

El éxito de Estorino radica precisamente en la forma en que instrumenta la pluma inmortal de Rulfo.

Una escenografía sobria apoyada en un gran juego de luces y la solidez interpretativa del elenco de actores que recrean el fantasmagórico relato hacen el resto.

"La mejor manera de llevar la narrativa a la escena es instalarse en la cabeza del escritor. Sobre Rulfo llegué a saber más que de mí mismo. Leí una y otra vez la novela y cuanto texto estuviera a mi alcance sobre 'Pedro Páramo' y Rulfo", confesó esta semana el dramaturgo al diario oficial Granma.

Estorino explicó que "la novela es un punto de partida" para la obra teatral, que va por su "cuenta y riesgo", aunque reconoció que ha tratado "de ser fiel" al escritor mexicano, con las dificultades que eso conlleva.

"Lo verdaderamente complicado y desafiante estuvo en tratar de transformar ese dislocamiento del tiempo y el espacio que recorre la narración en una obra que obedezca a los principios de la representación teatral", admitió.

Premio Nacional de Literatura en 1992 y Premio Nacional de Teatro en 2002, el veterano dramaturgo lamentó únicamente no haber podido contar esta vez con una de sus actrices predilectas, Adria Santana, fallecida el año pasado.

"Extraño sus aportes, su inteligencia, su agudeza, su humanidad. Su pérdida me dolerá siempre. Era como de la familia", indicó a Granma.

Director, autor y crítico teatral, Estorino (Matanzas, 1925) tiene un largo repertorio en el que destacan "El peine y el Espejo" (1956), "La casa vieja" (1964), "La dolorosa historia del amor secreto de Don José Jacinto Milanés" (1973) y "Pachencho vivo o muerto" (1982).

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