Nueve errores habituales y comunes con los que seguro que arruinarás tus vacaciones

    • No escalonar días de descanso, dejarse llevar por la inercia y los compromisos o cambiar de hábitos son algunas delasprácticas desaconsejadas por los expertos
    • Si te vas en agosto de vacaciones descubre qué prácticas no has de llevar a cabo si no quieres tener un mal recuerdo
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L.A.

¿Te paras a pensar dónde quieres disfrutar de tus vacaciones o eres de los que se deja llevar? ¿Para ti el verano es sinónimo de tumbarte en el sofá y no hacer nada? ¿Te cuesta desconectar del trabajo? Si la respuesta a estas preguntas es "sí", tienes muchas papeletas para que tu tiempo de recreo se transforme en una ruina.

Según los expertos en coaching hay una serie de conductas "poco recomendables pero muy habituales" que podrían convertir tus vacaciones en un verdadero "fiasco". "Competir por el destino de vacaciones más lejano, o dejarse llevar por la inercia a la hora de planificar nuestro descanso, solo van a conducirnos a vivir el momento más esperado del año como un fiasco. Hasta para organizar las vacaciones hace falta pararse un momento y pensar", asegura el coach personal y de salud de TISOC Coaching, Antonio Gutiérrez.

Si quieres evitarlo, aquí tienes los nueve errores, que según expertos, son los más comunes y que debes tratar de evitar para convertir tus vacaciones en lo que han de ser: un sueño.

1.Y este Agosto ¿qué hacéis? Lo mismo desde hace 10 años: ¡A la playa con la familia política! Repetir las mismas vacaciones año tras año sin plantearnos si realmente es lo que queremos es uno de los errores más comunes. "Si esto es lo que realmente queremos hacer, perfecto. Pero antes de reproducir exactamente las mismas vacaciones del año pasado y del anterior, convendría formularnos unas pocas preguntas básicas", aseguranTISOC Coaching. "¿Cuál es el propósito de las vacaciones? ¿De qué exactamente queremos desconectar? ¿Cómo y con quién son las vacaciones que realmente nos apetecen? Quizás nuestro paraíso particular esté en la tranquilidad de la ciudad en agosto, o escalando una montaña de 8.000 m. Y nosotros sin saberlo hasta ahora".

2. Túmbate en el sofá y no te muevas de ahí si no es por imperativo legal. ¿Eres de los que te pones malo justo al comenzar las vacaciones y no entiendes por qué? Según los expertos, ponerse malo al comienzo de las vacaciones es un síntoma claro de que la transición del trabajo al descanso del verano no se ha hecho adecuadamente. "Nuestro cuerpo funciona en muchos aspectos como un coche. Pasar repentinamente de la quinta a la primera marcha hace que el cuerpo se rebele y enferme. Lo ideal es ir rebajando de velocidad paulatinamente a lo largo de dos o tres días, y lo mismo se aplica para ir incorporándonos a nuestra rutina habitual al final de las vacaciones", afirman.

3. Ingiere cada día cinco horas de televisión y tres de Internet. En otras palabras… lo que venías haciendo en casa antes de marcharte. Si no quieres acabar tu periodo vacacional sin nada interesante que contar, aparca tu rutina y lánzate a vivir nuevas experiencias: "Las vacaciones son el periodo del año perfecto para introducir un refrescante cambio de hábitos en nuestra vida cotidiana, para poner en práctica esos planes tan apetecibles pero permanentemente auto postergados con el pretexto de las rutinas y la falta de tiempo", apuntan.

4. Pégate unas palizas tremendas para aprovechar tu tiempo de asueto al máximo. Cambio de hábitos, sí, pero ojo, todo en su justa medida. No es necesario que te veas todos los monumentos ni hacer todas las actividades como si no hubiese un mañana. A no ser que queramos regresar a nuestra rutina del resto año tan o más cansados que cuando nos fuimos, claro. "Las vacaciones implican una reducción de la velocidad y de los biorritmos. Hay que bajar un poco el pistón. No olvidemos que "ocio" y "ociosidad" son palabras que proceden de la misma familia. La palabra clave es "equilibrio"", recomiendan desde TISOC Coaching.

5. Llama todos los días a la oficina. Si nuestra intención es relajarnos y desconectar durante las vacaciones, es necesario cambiar de actividad con respecto al tipo de tareas que hacemos durante el resto del año, especialmente con las relacionadas con nuestro ámbito laboral. "Si no nos queda más remedio que mantener contacto con la oficina o trabajar durante las vacaciones, lo más adecuado es fijar límites y reglas", afirman los expertos. Por ejemplo, márcate unos horarios, trabajar entre las 9 y las 10 de la mañana, un máximo de 3 días a la semana.

6. Decir 'sí' a todos los compromisos. Y en el caso improbable de que digas 'no', darle muchas vueltas y sentirte culpable. Para que las vacaciones surtan efecto lo ideal es minimizar los compromisos sociales que percibamos como una obligación y dedicar el mayor tiempo posible a lo que realmente nos apetece hacer. "Hacer lo que realmente deseamos hará que nos sintamos más satisfechos y que proyectemos esa satisfacción a las personas de nuestro entorno, incluidas aquellas a las que hemos dicho que 'no' en alguna ocasión", afirman los 'coach'.

7. Acuéstate todos los días a las 3 de la mañana y levántate a las 1, ¡para eso están las vacaciones!"Estamos muy concienciados con los efectos adversos del jet lag y muy poco con los de los cambios repentinos de horarios", apuntan los expertos. Así que si estás pensando en trasnochar a diario y dormir hasta bien entrada la mañana trata de concederte unos días de adaptación al nuevo horario y otros tantos para volver a la rutina del trabajo.

8. Concentra todas tus vacaciones en agosto. Pese a que el verano te parezca el mejor momento para disfrutar de tu ocio, has de tener en cuenta que tomar unas 'minivacaciones' de tres o cuatro días con cada cambio de estación es una práctica muy recomendable, según los expertos. "Supone el método más efectivo para adaptar nuestro biorritmo a cada momento del año sin sufrir astenias primaverales, síndromes postvacacionales o la clásica melancolía que produce tener menos horas de sol durante el invierno", afirman.

9. Rodéate de música bien alta y de mucha gente durante el mayor tiempo posible. Contar con un tiempo exclusivo para nosotros y en silencio es un lujo asequible que, aseguran, "aprenderás a valorar más y más según lo vayas practicando. El silencio y la soledad pueden resultar incómodos porque suponen encontrarnos con nosotros mismos y escucharnos. Sin embargo, este ejercicio, aunque sea en pequeñas dosis, es de lo más aconsejable durante el periodo del año en el que estamos más tranquilos y disponemos de más tiempo".

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