Si tienes un piercing o un tatuaje, piénsatelo dos veces antes de lucirlo en una entrevista de trabajo

"La imagen en mi empresa cuenta muchísimo, sé de sobra que si hubiese hecho las entrevistas con el pendiente en la nariz, nunca hubiese pasado de la primera", comenta Elisa, trabajadora desde hace cinco años en una importante consultora.

La joven es sólo un ejemplo de la opinión generalizada que tenemos en España. Según una encuesta realizada por Trabajando.com a más de 2500 personas, un 90% de ellos coinciden en que el uso de complementos como piercing o tatuajes puede influir negativamente a la hora de acceder al mundo laboral. De hecho, según la misma encuesta, sólo el 13% de los españoles cree que la imagen no es importante a la hora de una entrevista.

Según los expertos, son las empresas privadas las que se fijan más en los aspectos físicos del candidato ya que las públicas se centran principalmente en la vacante que hay que cubrir: "Es en las privadas donde puede influir negativamente que alguien aparezca con un piercing o con un tatuaje muy visible" afirma Sergio Picciolato, Director de HR Consulting. "A igualdad de condiciones o perfiles con otros candidatos suelen coger a los que no los tengan". 

Desde la primera entrevista Elisa decididió ir sin lucir el pendiente aunque pensaba ponérselo una vez demostrase su valía como trabajadora si resultaba elegida. "Cuando empecé a ver lo arreglada que va la gente y que nadie iba con piercing tuve, con mucha pena para mí y alegría para mis padres, que dejar que el agujero se cerrase".

Sin embargo, son muchos los que no se resignan a cambiar su 'look' por entrar en una empresa. Un 66% de las personas que tienen alguno de estos complementos asegura que durante su horario de trabajo o al momento de presentarse a una entrevista personal, actúa con total normalidad porque "no debe influir en nada". Mientras, el 20% en algunas situaciones específicas intenta disimular, como en reuniones, entrevistas, presentaciones, etc. Por último, el 14% los esconde "para no incomodar a la gente".

"Algunos candidatos se quitan el piercing o esconden el tatuaje para la entrevista y luego se lo vuelven a poner. Lo cierto es que si los cogen, después ningún cliente nos ha llamado para decirnos que no se lo dijimos o que no quieren a la persona", afirma Picciolato.

Decidamos hacer la entrevista con el piercing o el tatuaje a la vista o no, tenemos que tener en cuenta que una vez salimos el responsable de recursos humanos elabora un informe sobre candidato en la que se incluye esta información. "La empresa al final es la que decide", afirma Picciolato, "nosotros no descartamos a los candidatos por eso pero sí que ponemos en el informe el aspecto físico".

"Si sólo es un piercing, porque el tatuaje es muy difícil quitarlo, nosotros sí podemos orientar y poner en sobre aviso a los candidatos que a la entrevista final no vayan con él, luego cada uno decide qué hacer".

Aunque acabar con el piercing sea más fácil, la demanda para cancelar el tatuaje por motivos laborales ha aumentado en los últimos años, según los expetos. "La dificultad de conseguir empleo en este momento ha podido provocar una mayor demanda", afirma la especialista aplicaciones clínicas de Cynosure para Epaña y Portugal,Esther Roy. De hecho, las personas que más demandan este tipo de operaciones son los que se encuentran en la treintena ya que "es el perfil mayoritario de búsqueda de trabajo".

Porque nos guste o no, la imagen cuenta: "Con lo visual comunicamos de manera inconsciente, por lo que es lo más sincero que uno puede presentar", opina Javier Caparrós, Director General de trabajando.com España y recuerda "cada detalle de lo que llevamos con nosotros tiene un significado que será tenido en cuenta por el entrevistador".