Una treintena de hooligans con el rostro cubierto con cascos irrumpieron este lunes en un restaurante de Atenas en el que se realizaba el sorteo del calendario de la segunda división griega de fútbol, causando cuatro heridos y daños materiales en el establecimiento.
Un fotógrafo de prensa fue llevado al hospital con cortes y contusiones, mientras que otras tres personas fueron atendidas en el lugar de los hechos por unidades móviles.
Los asaltantes la emprendieron también con vehículos aparcados en el garaje y con los utensilios de la prensa acreditada.
El ministro adjunto de Deportes, Stavros Kontonis, denunció en un comunicado "un ataque inaceptable y condenable", que "demuestra la crisis profunda y el descrédito que golpea al fútbol griego", y aseguró que los responsables serán llevados ante la justicia.
Según varios testigos, los 'hooligans' cargaron luego de concluir el sorteo, rompiendo botellas, derribando sillas y mesas, y agrediendo a cualquiera que se encontrase a su paso.
Los violentos lograron escapar antes de la llegada de la policía.
"Fue de gran brutalidad. El ataque tuvo lugar en un evento en el que había mujeres y niños. Una vez más es el fútbol el que sale perdiendo", se lamentó el presidente de la Federación Griega de Fútbol, Giorgios Girtzikis.
La violencia es un mal recurrente en el fútbol griego. La temporada pasada, actos violentos obligaron a suspender la semifinal de la Copa de Grecia entre el PAOK Salónica y el Olympiakos.
El 18 de agosto, el gobierno griego se vio obligado a retrasar el inicio del campeonato, ante el temor a nuevos actos violentos.
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