LA MORTALIDAD INFANTIL EN CARRETERA DESCIENDE UN 92% EN ESPAÑA EN 25 AÑOS

- Ir en sentido contrario a la marcha en un sillita reduce las lesiones graves hasta en un 95%, según la Fundación Mapfre. El número de niños de hasta 14 años fallecidos en accidente de tráfico en España se ha reducido un 92% en los últimos 25 años, al pasar de 307 víctimas mortales en 1990 a 25 en 2015, y viajar en una sillita infantil en sentido contrario a la marcha puede reducir hasta en un 95% las lesiones graves, especialmente entre los menores de 2 a 4 años.
Estos datos aparecen recogidos en un informe de la Fundación Mapfre sobre seguridad vial infantil en España y en Latinoamérica, presentado este miércoles en una rueda de prensa en Madrid por la directora de Proyectos y el director del Área de Prevención y Seguridad Vial de esta entidad, la infanta Elena y Jesús Monclús, respectivamente.
Doña Elena indicó que “los padres somos los principales responsables de la seguridad de nuestros hijos en el automóvil” y Monclús señaló que las 25 víctimas mortales de niños de hasta 14 años en 2015 es “un dato mejor que el de otros años, pero inaceptable”, y apuntó que es necesario que los padres conozcan la necesidad de que los niños mayores sigan utilizando sillitas infantiles o asientos elevadores no sólo hasta que midan más de 1,35 centímetros, como está establecido legalmente, sino “incluso después de ese momento y hasta que el cinturón de seguridad de adulto quede ajustado con seguridad sobre el cuerpo del menor”.
El informe indica que por cada 10 niños que perdían la vida en accidentes de tráfico en España en 1990 hoy únicamente fallece uno. En cuanto a la suma de menores de 15 años fallecidos y heridos graves, en la última década del siglo pasado ascendía a 2.200 niños y el año pasado se redujo a 355, esto es, una reducción del 81%.
Sin embargo, mientras que el número de niños heridos graves el año pasado era de 355 (cercano al mínimo histórico de 351 en 2014), el de heridos leves está aumentando y en 2015 fue el mayor de las dos últimas décadas.
SENTIDO CONTRARIO A LA MARCHA
Por otro lado, el informe de la Fundación Mapfre apunta que el uso correcto de los sistemas de retención infantil reduce las lesiones entre un 90 y un 95% si el niño viaja en el sentido contrario a la marcha y en un 60% si lo hace mirando hacia adelante.
De hecho, si un bebé de seis meses viaja en el regazo de un adulto sería automáticamente despedido hacia delante en caso de accidente y se vería aplastado gravemente por la persona que lo lleva encima. Si un niño de seis años va sentado en el asiento trasero y sin cojín elevador, su cinturón de seguridad se desplazaría de tal forma que podría provocarle lesiones graves en el cuello y el cuerpo acabaría deslizándose por debajo del cinturón, con consecuencias fatales.
El informe indica que esto no ocurriría con el uso de un sistema de retención infantil homologado y adecuado al peso del menor, ya que el cinturón de seguridad actuaría adecuadamente y frenaría el desplazamiento del niño, minimizando el riesgo de sufrir una lesión.
El objetivo del trabajo es analizar los errores más peligros y frecuentes que los padres cometen a la hora de viajar con sus hijos, como no utilizar el cinturón de seguridad o llevarlo con holguras, y dar a conocer las regiones del cuerpo más perjudicadas por lesiones críticas que se producen cuando no se utilizan las sillitas adecuadas.
ENSAYOS DE CHOQUE
Para ello, la Fundación Mapfre llevó a cabo numerosos ensayos de choque (‘crash test’), en los que puso a prueba la utilización de diferentes sistemas de retención infantil en situaciones correctas e incorrectas, así como en las que se utilizan sillitas no homologadas y envejecidas, y en las que directamente no se utiliza ningún sistema.
Para cada ensayo, los expertos de la Fundación Mapfre estudiaron diferentes parámetros, como la aceleración del tórax y los desplazamientos horizontal y vertical de la cabeza de un muñeco, y registraron señales en los sensores de los maniquíes para evaluar el riesgo de lesión que podría producirse en caso de accidente.
Las pruebas de impacto demuestran que permitir que los más pequeños viajen con holguras en el cinturón de seguridad y en el arnés de seguridad provoca daños considerables en la cabeza y el tórax, dos zonas del cuerpo que también sufren impacto por encima de los límites establecidos cuando se utilizan sistemas de retención infantil envejecidos y no homologados.
“Los niños que utilizan un sistema de retención infantil adecuado a su peso, estatura y edad y aquellos que viajan en la parte trasera del vehículo y en sentido contrario a la marcha lo hacen de forma mucho más segura y están expuestos a un riesgo mucho menor de perder la vida o resultar heridos que los que no llevan sujeción. Los más pequeños deberían viajar mirando hacia atrás no sólo hasta que cumplen uno o dos años, sino hasta los tres o incluso los cuatro años”, apuntó Monclús.

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