Policía retoma control de penal amotinado en suburbio de ciudad de México

Presos amotinados en un suburbio de Ciudad de México desataron un incendio la noche del lunes, antes de que la policía retomara el control del penal en una operación de la que hasta el momento no se reportaron muertos ni heridos.

José Manzur, secretario de Gobierno del Estado de México, dijo a Uno TV que el motín fue resultado de un "pleito entre dos grupos" y que 600 uniformados entraron al penal para restablecer el orden.

"En el penal de Barrientos todo está bajo control (...). Hasta este momento me reportan que no hay ningún herido grave ni ningún muerto", dijo Manzur en un video en la red social Twitter.

Eduardo Valiente, comisionado de Seguridad Ciudadana, logró ingresar al penal de Barrientos, en el municipio de Tlalnepantla, en la zona metropolitana de la capital.

"Comentarle a los familiares de los internos que no tienen nada de qué preocuparse, (el motín) fue controlado con el mínimo de los esfuerzos", dijo Valiente afuera de la cárcel.

Según medios, fueron entre 300 y 500 los reos que hacia las 20H00 locales (01H00 GMT del martes) tomaron el control de la cárcel, a la que llegaron familiares para reclamar informes de lo ocurrido.

Pero poco antes de medianoche se extinguió el fuego y se controló la situación.

El motín se inició cuando un indeterminado número de presos prendió fuego dentro de las instalaciones, lo que derivó en un movilización de fuerzas de seguridad y de bomberos.

Pasada la medianoche, unas 150 personas visiblemente angustiadas, algunas llorando, esperaban noticias de sus familiares frente a un cordón de unos 70 de policías.

Natalia Gutiérrez, de 60 años y abuela de un interno, dijo que su nieto le llamó desde la cárcel adviertiéndole que se estaba armando un motín y que él se encontraba bien, pero asustado.

"Me dijo que estaba el relajo (desorden) bien duro y que sentía que les iban a someter a todos", contó Gutiérrez a la AFP.

Dolores, quien habló con el director del penal, decía al resto de familiares que "sólo hay golpeados, con raspones y contusiones".

En medio de rumores de posibles víctimas, uno de los internos llamó a una mujer que esperaba fuera del penal para decirle lo ocurrido.

"¡Todos están bien. No hay muertos, no hay picados! (heridos), él me lo está diciendo", gritaba esta mujer.

El sistema penal mexicano enfrenta una grave crisis marcada por fugas y violentos motines, como el registrado en febrero pasado en el penal de Topochico, en Monterrey (norte), que dejó 49 muertos.

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