Junta amplía el estudio de accesibilidad ante accidentes en el exterior del Aeropuerto, con once nuevas vías

EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

La delegada de la Junta en Sevilla, María Esther Gil, ha presidido el encuentro que ha tenido lugar en el aeropuerto hispalense y ha destacado que Sevilla fue la primera provincia de España en abordar aquellas situaciones de emergencia que pudiesen entrañar grave riesgo para las personas, los bienes y el medio ambiente, derivadas de accidentes aéreos fuera del recinto aeroportuario. "Ahora complementa y amplia este estudio de planificación que da buena cuenta del esfuerzo de la Junta por seguir creciendo en una mayor y mejor seguridad", señala.

De su lado, la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panadero, indica que el documento presentado es fruto de la colaboración interadministrativa y que ha contado con una activa participación del titular del aeropuerto (AENA), "siendo de gran importancia la actualización cartográfica de las zonas no cubiertas en la anterior versión del documento, por lo que se cubre una amplia superficie alrededor del aeropuerto, lo que supone un potente instrumento de la seguridad pública"

Según informa la Junta de Andalucía en un comunicado, el análisis presentado y puesto a disposición de todos los operativos sevillanos cuenta ya con 37 vías y establece no solo las actuaciones y medidas de medidas de protección que hay que adoptar en caso de accidente aéreo, sino que también determina las zonas de ubicación del Puesto de Mando Avanzado (PMA), para la coordinación de las emergencias, así como del Centro de Recepción de Medios (CRM, recursos y operativos de intervención), las vías de acceso para cada zona según el lugar del siniestro, así como información completa y detallada de todas aquellas que no son transitables.

El estudio se ha aplicado, en esta ocasión, a la zona norte de la A-4, desde Valdezorras a la Vereda de Poco Aceite, en las inmediaciones de Tarazona. En este perímetro se cubre los accidentes de avionetas y aeronaves no comerciales que no siguen el cono normal de aproximación ya examinado en la primera fase del trabajo.

La delegada ha ensalzado el trabajo realizado por el equipo multidisciplinar que ha llevado a cabo el estudio y que ha estado compuesto por técnicos de Emergencias 112 Andalucía, el Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) y del servicio provincial de Protección Civil que han contado, en todo momento, con la colaboración del personal de operaciones del aeropuerto.

En total han sido más de 300 horas de trabajo de campo y gabinete que ha dado como resultado una cartografía con detalles de relevancia para la atención y coordinación de emergencias: datos relativos a la situación GPS, barreras físicas, tipo de terreno, rutas de accesos, superficies aptas y no aptas para despliegues, entre otros.

Esther Gil ha estado acompañada durante la presentación por la subdelegada del Gobierno central, Felisa Panadero, y el director del Aeropuerto de Sevilla, Jesús Caballero, a los que ha agradecido su espíritu de colaboración. Gil ha reseñado el interés de estos trabajos de planificación como herramientas de trabajo al servicio de la seguridad de la ciudadanía y ha señalado que con la entrega del estudio se abre una nueva fase en la que se llevarán a cabo simulacros y ejercicios para poner a prueba el trabajo desarrollado y mejorar ante posibles casos reales.

EXIGENCIAS DE LA NORMATIVA NACIONAL E INTERNACIONAL

El Aeropuerto de Sevilla es el segundo en volumen de actividad de la comunidad autónoma de Andalucía y sus infraestructuras ocupan parte del término municipal de la capital, así como del municipio de La Rinconada. En él operan aeronaves tanto comerciales --de pasajeros y carga-- como no comerciales --militares y particulares-- al que se refiere el trabajo que se ha presentado hoy.

La legislación general y la normativa nacional e internacional obliga a las instalaciones aeroportuarias a tener planes de emergencia interior, documentos donde se prevén posibles incidencias y en los que se organizan los recursos propios con los que cuenta cada instalación para afrontar situaciones de emergencia que tengan lugar en sus recintos. Pero, según detalla, hasta ahora no existía ninguna planificación ni obligación legal por la que tuvieran que tener un documento donde se recogiera qué hacer en caso de que el suceso tuviera lugar más allá de la valla perimetral que delimita su espacio.

De esta forma, cumpliendo lo establecido, el aeropuerto sevillano contaba ya con un Plan de Autoprotección, un documento que se ha ido actualizando conforme se han producido cambios en la terminal, pistas, instalaciones, entre otros, garantizando siempre su integración con el resto de planes municipales y autonómicos de emergencia.

Sin embargo, en los encuentros que se habían mantenido entre los operativos para ampliar el estudio de riesgo se detectó que los accidentes que se produjeran fuera del recinto del aeródromo tendrían que ser gestionados por los diferentes servicios públicos de emergencia, con la posible colaboración de los recursos aeroportuarios. "Un trabajo que, hasta ese momento, se tendría que hacer con una información del territorio bastante limitada", agrega.

Se da la circunstancia de que los conos de entrada y salida de aeronaves desde las pistas ocupan tanto zonas urbanas por la parte de Sevilla, como zonas agrícolas en la parte de La Rinconada. Este terreno presenta posibles barreras geográficas y de accesos que podrían comprometer la movilidad de los efectivos de emergencia y llegar a provocar retrasos en su llegada, con el consiguiente perjuicio para las víctimas de los posibles accidentes.

Precisamente, para dar respuesta a esta necesidad se puso en marcha un grupo de estudio y trabajo conjunto entre los servicios de 112 y GREA junto con el propio aeropuerto que se materializó en el Estudio de Riesgos y Accesbilidad que se presentó en abril de 2014 y que se complementa con el trabajo que se ha presentado este jueves.

Mostrar comentarios