Muere ametrallado desde un helicóptero el líder del cartel mexicano Beltrán Leyva

Juan Francisco Patrón Sánchez (apodado 'El H2'), uno de los más altos responsables del cártel Beltrán Leyva, ha muerto esta madrugada durante una operación militar en la colonia Lindavista del estado mexicano de Nayarit, en el oeste del país, según ha confirmado la Secretaría de Marina en su cuenta de Twitter.

"Hoy en un enfrentamiento entre delincuentes y Fuerzas Federales fue abatido Juan Francisco N. con siete cómplices más", ha hecho saber la Marina. La identidad de 'El H2', líder del cartel en Nayarit y el sur de Jalisco, fue posteriormente ratificada por la Secretaría de Gobernación a los medios nacionales.

Aunque el Gobierno federal dará en las próximas horas una rueda de prensa con más detalles, las primeras informaciones apuntan a que Sánchez y su grupo fueron ametrallados por un helicóptero militar en un asalto aéreo que fue captado por varios videoaficionados.

La actuación de las Fuerzas de Seguridad fue grabada por algunos vecinos de la ciudad que la difundieron en las redes sociales. El Gobierno federal dará una rueda de prensa con más detalles sobre la operación. La operación policial se produce después de que se registraran cinco muertes en menos de siete horas en esa zona del estado.

El cartel de los Beltrán Leyva apareció en 2008 como una ruptura del cártel de Sinaloa tras el arresto de Alfredo "El Mochomo", debido a lo que ellos consideraron fue una traición de Joaquín "El Chapo" Guzmán.Desafortunada situación en estos momentos @enTepic #Nayarit. Fuentes informan que la SEDENA y MARINA se enfrenta a grupo delictivo. pic.twitter.com/9f7lscz3nm— Nayarit_Mx (@Nayarit_Mx) 10 de febrero de 2017

El cártel fue fundado en Sinaloa por los hermanos Marcos Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos Beltrán Leyva, así como por Iván Beltrán Villarreal. Se trata de uno de los clanes más sanguinarios de México y sus ejecuciones se caracterizaban por la decapitación de sus adversarios, así como policías y militares. Los narcotraficantes dejaban las cabezas en lugares públicos, en sitios turísticos o colgadas de puentes. Sus sanguinarios crímenes estaban firmados por mensajes de advertencia.