40 años del accidente de Los Rodeos: La mayor catástrofe aérea de la historia dejó 583 muertos

  • El 27 de marzo de 1977, el choque de los Jumbos 747 de KLM y Pan Am, cargados de combustible, sobre la pista del aeropuerto tinerfeño, causa 583 muertos.

    El accidente se produjo por una serie de trágicas casualidades: La bomba del MPAIAC que cerró el aeropuerto de Gran Canaria, la niebla en Los Rodeos, la congestión aérea, solo dos controladores, interferencias radiofónicas, el cansancio de las tripulaciones de los dos gigantes del aire, la decisión del piloto de KLM...

Una imagen del accidente al poco de producirse
Una imagen del accidente al poco de producirse
Iñaki Etxarri

Domingo 27 de marzo de 1977. Es un día despejado en Tenerife, pero en el aeropuerto de Los Rodeos la niebla tiñe de gris cárdeno el cielo y las instalaciones del aeródromo de la isla. La congestión en el aeropuerto es colosal. Los protagonistas no lo saben, pero está a punto de producirse la mayor catástrofe de la historia de la aviación, que dejaría un terrible balance de 583 muertos sobre las pistas del aeropuerto de Los Rodeos.

Es prácticamente imposible que se vuelva a repetir una cadena de acontecimientos como la que desembocó en la que sigue siendo, 40 años después, la mayor tragedia de la historia de la aviación comercial. Fueron tantas las casualidades que la catástrofe del aeropuerto de Los Rodeos es un ejemplo de manual de la ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá mal. Y todo lo que pasó aquel domingo 27 de marzo de 1977 en la instalación tinerfeña salió mal, rematadamente mal. Tanto que 583 personas se dejaron la vida en la pista del aeródromo hace cuatro décadas.Una apacible mañana de domingo

El parte meteorológico anunciaba nubosidad en el norte de la Isla, pero ese domingo amaneció despejado y con sol. Era un día tranquilo y apacible, ideal para comer fuera e incluso ir a la playa. En las cafeterías y bares se hablaba de la mala situación económica del Club Deportivo Tenerife, el máximo representante del fútbol isleño, que estaba en ese momento en Segunda División -como ahora-, y que se estaba planteando vender a una de sus estrellas, el ariete paraguayo Crispín Maciel.

Sin que nadie se lo imaginara, una premonición está desde primera hora en las portadas de los periódicos locales, cuyas ediciones costaban entonces 15 pesetas. Destacan el cese de emisiones del programa de radio La voz de Canarias libre que el independentista Antonio Cubillo venía presentando desde su exilio en Argelia. Cubillo, un abogado laboralista tinerfeño, huyó de la dictadura franquista en 1962, estableció su nueva residencia en Argel y en 1964 montó el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac). Desde esa emisora clandestina, aunque apoyada por Argelia, el abogado había lanzado proclamas separatistas y contra los godos, como llamaban y siguen llamando despectivamente los canarios a los peninsulares.La bomba del MPAIAC¿Y por qué era premonitorio? Porque Cubillo y el MPAIAC iban a protagonizar el primer acontecimiento que desencadenó la tragedia. Pasadas las 12:20 horas, en el aeropuerto de la otra isla capitalina de Canarias, Gran Canaria, a solo 30 minutos en avión de Tenerife, una voz anónima, joven y masculina llama a la centralita de las oficinas de Iberia. La empleada que cogió la llamada se quedó paralizada. No sabía qué hacer. Le acababan de anunciar que iban a estallar dos bombas en las dependencias del aeropuerto de Gando. Apenas unos minutos después, sobre las 12:30, sin tiempo para que las fuerzas de seguridad se desplegaran, estalla un primer artefacto en una floristería situada en la terminal.Tal día como hoy, hace 40 años, 583 personas perdieron la vida en el accidente aéreo del aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife pic.twitter.com/253haXdlkP— 24h (@24h_tve) 27 de marzo de 2017

La gente corre por todos lados despavorida en medio de la humareda y restos del falso techo, mobiliario, cristaleras y macetas de la tienda. Mientras, nueve personas que han sido alcanzadas por la onda expansiva, entre ellas la dependienta de la floristería, tratan de incorporarse y salir del shock. Marcelina Sánchez, la empleada del comercio, es la más grave al estar más próxima a la bomba. Las secuelas le impidieron volver a caminar y provocaron recurrentes ingresos hospitalarios e intervenciones quirúrgicas hasta su defunción en julio de 1993, a los 41 años. En 2015, el Ministerio del Interior la reconoció como víctima de terrorismo.

A los agentes de la Policía Armada -ahora Policía Nacional- y la Guardia Civil se unen unidades especiales del Ejército, que buscan el segundo explosivo que había anunciado el comunicante anónimo. No aparece pero el temor a que se vuelvan a producir más explosiones lleva a las autoridades a ordenar el cierre total del aeropuerto de Gando y desvío de los vuelos que tenían previsto aterrizar en Gran Canaria. Entre ellos hay dos Jumbos en pleno vuelo: uno de KLM procedente de Amsterdam y con destino a Las Palmas y otro de Pan American que partió de Los Angeles con destino a Grecia, con escala también en Las Palmas. La mayoría de pasajeros tenían como objetivo pasar unas vacaciones.Dos 'Jumbos' en el aire y solo dos controladores

La decisión altera completamente los planes de ambos Boeing 747, que siguieron siendo los gigantes de la aviación durante muchos años hasta que aparecieron los Airbus 380. Sin embargo, quienes peor se lo toman son los dos únicos controladores aéreos que había ese domingo en la torre del aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos. De repente, de una jornada tranquila pasan a una situación de estrés total. No dan abasto.

Los Rodeos, el único aeropuerto que había en Tenerife -solo un año después se inauguró un segundo aeródromo, el Reina Sofía-, tenía unas instalaciones muy deficientes, incapaces de soportar el tráfico que se concentró aquel 27 de marzo de 1977. Pero los dos controladores y el escaso personal que había aquel domingo no tenían más remedio que solventar la emergencia.Hoy conmemoramos el 40 aniversario del trágico accidente de los Rodeos, el peor accidente de la historia de la aviación. DEP @controladores pic.twitter.com/i7zRSCRA35— ALCspotters (@ALCspotters) 27 de marzo de 2017La niebla de Los Rodeos

En Los Rodeos además, se dan unas condiciones climáticas particulares que hacen que en algunas épocas del año se posen las nubes. La altitud del aeropuerto, a poco más de 600 metros sobre el nivel del mar, hace que se den dos tipos de fenómenos. Por un lado, los vientos alisios empujan masas de aire húmedo y nubosidad, que se va estancando en este punto. Además, las características orográficas de Los Rodeos, que forma un anillo montañoso, hacen que la nubosidad "no se renueve" y se acumule.

Los dos Jumbos mencionados llevan tiempo en Los Rodeos esperando poder despegar. El comandante de KLM Jacob Veldhuyzen Van Zanten lleva horas varado en el aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife), en medio de una colosal congestión aérea, con 234 pasajeros impacientes a bordo que ya tendrían que estar en Gran Canaria y una tripulación a punto de su cumplir su máximo de horas."We gaan" (nos vamos) 

Hay niebla, comunicaciones constantes por radio y algunas interferencias que impiden oír bien algunas instrucciones... Y toma la peor decisión de sus 30 años de carrera: "We gaan" (nos vamos).

Este es un relato de lo que ocurrió aquel día, basado en los detalles y conversaciones que contiene el informe oficial del siniestro, disponible en la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) del Ministerio de Fomento. 

Congestión en Los Rodeos Tarde del domingo 27 de marzo de 1977. En la cabina del Boeing 747 de KLM se escuchan las instrucciones que los controladores van dando a los aviones que abarrotan sus instalaciones, tras haberse visto forzados a acoger a casi todo el tráfico aéreo de Canarias, porque una bomba del movimiento independentista MPAIAC ha obligado hace horas a cerrar el aeropuerto de Gran Canaria.

Van Zanten, toda una leyenda en KLM, instructor jefe de su flota de 747, decide aprovechar la espera para repostar: carga 55.500 litros de combustible, mucho más de lo que necesita para volar de Tenerife a Gran Canaria, quizás pensando en salir de regreso cuando antes hacia Amsterdam nada más desembarque al pasaje en su destino.Tal día como hoy ocurrió el accidente de Los Rodeos. Todo nuestro cariño a los familiares de las víctimas. #Tenerife pic.twitter.com/mgp8PcexqU— Secretos de Tenerife (@SecretosTenerif) 27 de marzo de 2017

Mientras tanto, pide una escalera, porque dos pasajeros han decidido que ya no vuelan a Gran Canaria y se bajan allí mismo, en Tenerife. Los minutos pasan y las condiciones meteorológicas empeoran. Situado a 600 metros de altitud, el aeropuerto de Los Rodeos (el único de la isla en esa fecha) se ve afectado muchos días por una niebla que en realidad no es tal, sino algo peor, más imprevisible: nubes que cruzan sobre Tenerife a esa altitud y que en solo unos minutos pueden reducir a cero el campo de visión de los pilotos. Es uno de esos días.

A las 17.02 la visibilidad en la pista es de solo 300 metros, cuando hace solo doce minutos superaba los tres kilómetros. Sin embargo, el aeropuerto está al límite de la saturación y la torre de control pone a rodar varios aviones para ir dándoles salida uno detrás de otro por la cabecera 30.Las luces de la pista no funcionan

En cola para el despegue más complicaciones: un controlador informa a los pilotos de que las luces centrales de la pista no funcionan, pero todo sigue adelante. El KLM 4805 se prepara para su turno de despegue, lo mismo que otros aviones, como el 747 de PamAm con código 1736, que debería haber dejado ya a 378 pasajeros en Gran Canaria, casi todos jubilados de California a los que espera en Las Palmas el crucero "Golden Odyssey".

Los pilotos van pidiendo permisos a la torre. La maniobra es comprometida, porque los aviones ruedan por turnos sobre la pista principal hacia la cabecera, hasta recibir la confirmación de que la pista está libre y pueden girar por completo y despegar. Además, la niebla lo dificulta todo y al PamAm 1736 le cuesta hallar la salida que le han asignado para abandonar la pista. De hecho, se confunde.Accidente aéreo de Los Rodeos, 27 de marzo de 1977. Avión BBoeing 747-206-B KLM (PH-BUF) @KLM pic.twitter.com/LqO9s19sly— Moisés Sánchez ☎ 112 (@akoran_112) 26 de marzo de 2017

En eso, el piloto de KLM anuncia que ya están listos. La torre le contesta con la autorización de su plan de vuelo (no de despegue).  Son las 17 horas 6 minutos y 12 segundos. El comandante Van Zanten suelta los frenos de su 747 y dice a su compañeros en holandés: "Nos vamos" ("We gaan"). Ha cometido el error de su vida. Pasan ocho segundos, el jumbo de KLM ya acelera entre la niebla, sin que le vea la torre, que le dice por radio: "De acuerdo, espere para despegar, le llamaré" (17h 06 m 20 s).Interferencias readiofónicas

Sin embargo, otra comunicación provoca una interferencia en la radio y en la cabina del KLM no se escucha completa esa instrucción, sino un chirrido. Es el PamAm pidiendo hablar con la torre: "Clipper 1736", dice. "1736, reporte la pista libre", le responde la torre. "De acuerdo, reportaré cuando la dejemos libre", confirma el avión americano, sin saber que hace ya 20 segundos que el KLM se dirige hacia él. El KLM está acelerando en pleno despegue y por la radio se oye al segundo piloto de PanAm, Robert Bragg: "Nosotros todavía estamos rodando por la pista, Clipper 1736" "¿Entonces no está fuera?", dice el ingeniero del Boeing de KLM, alarmado.

Como el comandante Van Zanten no le entiende, el ingeniero insiste: "¿Que si no está fuera el de Pan American?" Pero el comandante le responde que "sí", que el PanAm ya ha dejado la pista, con tanta rotundidad que nadie le cuestiona. Es Van Zanten, el instructor que ha enseñado a varios de ellos a volar en 747. La colisión

Faltan nueve segundos para la colisión y en la cabina del KLM se oye una exclamación: sus tripulantes acaban de percatarse de que se dirigen derechos contra el otro avión. Los dos comandantes reaccionan, uno intenta subir y el otro apartarse, pero es tarde. "Me agaché, cerré lo ojos y cuando el avión de KLM nos golpeó, pensé sinceramente que no nos había dañado. Fue un impacto muy ligero, sonó más o menos como 'clunk'. Fue tan leve que parecía increíble, hasta que abrí los ojos y miré", relata en su blog Robert Bragg, copiloto de la aeronave de Pan Am, fallecido el pasado 24 de febrero a los 79 años.Hoy se cumplen 40 años del trágico accidente de Los Rodeos, en Tenerife. 583 personas murieron en la colisión de dos aviones. pic.twitter.com/xObZDdSI2n— retrochenta (@retrochenta) 27 de marzo de 2017

El avión de KLM se estrella contra el suelo y se incendia. Ninguno de sus 248 ocupantes sobrevive. El Boeing de Pan Am sufre gravísimos daños y también es pasto del fuego, pero más de 70 de sus 396 ocupantes escapan del fuego, la mayoría gracias a un agujero en el fuselaje, mientras los bomberos del aeropuerto concentran todos sus esfuerzos sobre ellos (algunos morirían después en el hospital).Conclusiones de la investigación

La investigación, en la que participaron España, Estados Unidos y Holanda, responsabilizó de lo ocurrido al comandante del KLM (no sin objeciones por parte holandesa). El informe le reprocha que "despegó sin autorización", "no obedeció el 'standby for take-off' (espere para despegar) de la torre", "no interrumpió el despegue al decir el PanAm que todavía estaba en la pista" y, "a la pregunta del ingeniero de vuelo sobre si el PamAm había abandonado la pista, contestó con una afirmación rotunda".

Los investigadores se preguntaron cómo un piloto tan veterano y de tan alta capacitación pudo cometer tamaño error y apuntan tres factores:

1) Se le veía muy presionado por las rígidas restricciones horarias que acababan de aprobarse en Holanda para las tripulaciones y que podían obligarle a suspender el vuelo, con más retraso aún.

2) La niebla cambiante hacía más difícil tomar decisiones en cabina.

3) Hubo interferencias en la radio que impidieron que una de las órdenes claves de la torre llegara con claridad a Van Zanten.

Y también apreciaron tres factores más que contribuyeron a lo que pasó: los pilotos y la torre no emplearon el lenguaje adecuado para sus comunicaciones, el Pan Am se confundió de salida ("pero nunca dio pista libre, sino que avisó dos veces de que rodaba por ella"), y la "inusitada congestión" impulsó a la torre a efectuar maniobras de rodaje por la propia pista que, si bien son reglamentarias, "no son estándar y pueden ser potencialmente peligrosas".En Tenerife no había ataúdes suficientes

Aquel domingo muchos isleños se habían quedado en casa para ver el partido de fútbol entre España y Hungría, que acabó con empate a uno, con gol del mítico Juanito. Se empiezan a enterar por radio de que se había producido un accidente en Los Rodeos pero la información es tan confusa que nadie puede imaginar la magnitud de la tragedia.Accidente aéreo de Los Rodeos, 27 de marzo de 1977. Portada del periódico @newyorktimes110 tras la tragedia del lunes 28 de marzo. pic.twitter.com/dCo8dJt6qI— Moisés Sánchez ☎ 112 (@akoran_112) 26 de marzo de 2017

El esfuerzo para el rescate, identificación y repatriación de los cadáveres fue monumental. La mayor parte de los cuerpos estaban calcinados y muchos desmembrados. Las más de 500 personas que trabajaron en el despliegue jamás olvidarán lo que vieron aquel día en las pistas y el hangar. Tenerife no tenía tantos ataúdes. Hubo que traer y hacer centenares a toda prisa. En fin, una tragedia, que, afortunadamente, no ha vuelto a repetirse, al menos en tamaña magnitud. Ahora, 40 años después, recordamos a cada uno de las 583 personas que se dejaron la vida en las pistas de Los Rodeos en aquella fatídica tarde de domingo.

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