El derribo del MH17, un trágico recuerdo de la Guerra Fría

  • El derribo de un gran avión de transporte de pasajeros era algo que no sucedía desde la Guerra Fría, cuando las tensiones militares provocaron que errores de navegación o comunicación desembocaran en tragedias con centenares de víctimas inocentes.

Washington, 17 jul.- El derribo de un gran avión de transporte de pasajeros era algo que no sucedía desde la Guerra Fría, cuando las tensiones militares provocaron que errores de navegación o comunicación desembocaran en tragedias con centenares de víctimas inocentes.

Los cuatro derribos de aviones de aerolíneas civiles internacionales más graves sucedieron en 1978, 1980, 1983 y 1988.

En abril de 1978, el vuelo Korean Air 902 que cubría la ruta entre París y Seúl a través del Polo Norte fue interceptado por un caza soviético Su-15 al cambiar de rumbo y aproximarse a la frontera entre Finlandia y la URSS.

En aquella época las aeronaves no navegaban con posicionamiento por satélite y el piloto cálculo mal la ruta sobre el círculo polar ártico, realizando un viraje con rumbo a Rusia en lugar de Alaska, donde tenía previsto repostar.

Ante la falta de respuesta por parte de los pilotos surcoreanos, las autoridades militares ordenaron al piloto del caza soviético derribar al avión, pese a que éste informó de que se trataba de un avión civil y no de una aeronave espía Boeing RC-135 como las utilizadas por el Pentágono.

Afortunadamente, solo uno de los misiles disparados contra el avión de pasajeros lo alcanzó, dañando el ala izquierda. El avión consiguió realizar un aterrizaje de emergencia en un remoto lago helado finlandés.

Los soviéticos fueron los primeros en llegar a la zona y evacuar a los pasajeros. Solo dos personas fallecieron.

El 27 de junio de 1980, un avión comercial de la compañía Itavia que volaba entre las ciudades italianas de Bolonia a Palermo fue presuntamente derribado por un misil disparado por un caza de la OTAN, cayendo cerca de la isla de Ustica, y fallecieron sus 81 ocupantes.

El 1 de septiembre de 1983, otro vuelo de Korean Air, en esta ocasión un B-747, fue derribado por la Unión Soviética con un misil aire-aire, también debido a un error de navegación de los pilotos, que acababan de repostar en Anchorage (Alaska) tras haber partido desde Nueva York.

El avión surcoreano se adentró dos veces en el espacio aéreo soviético, por lo que las autoridades rusas ordenaron su derribo, posiblemente porque confundieron al 747 con un avión espía RC-135 estadounidense que estuvo en las proximidades.

Las 269 personas a bordo fallecieron cuando el avión recibió el impacto del misil.

Los restos de la aeronave quedaron esparcidos en aguas internacionales, cerca de la isla rusa de Sajalín.

No obstante, los soviéticos tomaron el control militar de la zona e impidieron la presencia de estadounidenses o japoneses en el lugar.

Los soviéticos controlaron y entorpecieron la investigación del accidente.

La última gran tragedia por un derribo de un avión de pasajeros sucedió en 1988, cuando el crucero de misiles guiados estadounidense USS Vinceness disparó contra el vuelo 655 de Iran Air, causando la muerte de las 290 personas a bordo.

En este caso, el avión civil, un Airbus 300 fue derribado en espacio aéreo iraní tras despegar del aeropuerto de Bandar Abbas (a orillas del Golfo Pérsico) con destino a Dubai.

Los estadounidenses confundieron al Airbus iraní con un F-14, ya que ese aeropuerto era utilizado tanto por aviones militares como civiles.

El USS Vinceness, desplegado en la zona durante la guerra entre Irán e Irak, se había enfrentado a navíos militares iraníes ese día y el aumento de la tensión pudo conducir al error de cálculo.

Más recientemente y superada la Guerra Fría, se produjeron otros derribos de aviones.

El 6 de abril de 1994, el avión presidencial del jefe del Estado de Ruanda, Juvenal Habyarimana (de la etnia hutu), en el que también viajaba el presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, fue abatido por un misil tierra-aire poco antes de aterrizar en el aeropuerto ruandés de Kigali.

Ese magnicidio detonó una matanza colectiva iniciada por hutus radicales sobre tutsis.

Además, el 4 de octubre de 2001, las Fuerzas Armadas ucranianas derribaron accidentalmente con un misil un avión ruso Tu-154 de la compañía Sibir Airlines, que cayó al Mar Negro, cuando realizaba el trayecto entre Tel Aviv (Israel) y la ciudad siberiana de Novosibirsk. Perecieron sus 78 ocupantes.

Según reconocieron las autoridades ucranianas, el accidente se produjo al desviarse un misil del sistema S-200 de defensa antiaérea en unas maniobras militares en la península de Crimea, a 270 kilómetros del lugar de la tragedia.

Pero desde 1988 no se había producido un suceso tan grave como el de hoy con el más que probable derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre los cielos de la región separatista ucraniana de Donetsk.

Los 295 personas del Boeing 777 han fallecido, según todas las indicaciones, y la teoría que se baraja con más fuerza es que un misil tierra-aire del tipo BUK (ruso) impactó en el avión a 10.000 metros de altura.

Los responsables del disparo, presumiblemente separatistas prorrusos, podrían haber confundido el vuelo de Malaysia Airlines con un avión de transporte militar de la Fuerza Aérea de Ucrania, como el Antonov 26 que fue derribado en zona rebelde el pasado lunes.

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