Holanda quiere que Rusia influya en separatistas ucranianos y sube tono en UE

  • El Gobierno holandés, presionado por la opinión pública y tras ver cómo son tratados los restos de sus compatriotas en Ucrania oriental, quiere que el Gobierno de Moscú influya en los separatistas prorrusos de Ucrania y pide una investigación profunda de la tragedia en que murieron 298 personas.

Elena Moreno

Amsterdam, 20 jul.- El Gobierno holandés, presionado por la opinión pública y tras ver cómo son tratados los restos de sus compatriotas en Ucrania oriental, quiere que el Gobierno de Moscú influya en los separatistas prorrusos de Ucrania y pide una investigación profunda de la tragedia en que murieron 298 personas.

Holanda, además, intensifica su diplomacia con los socios de la Unión Europea (UE), en busca de apoyos que permitan decisiones más severas respecto a Rusia, que pueden llegar en el consejo de ministros de Asuntos Exteriores que los Veintiocho celebrarán el martes en Bruselas.

El primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, se reunió hoy con sus ministros de Exteriores, Frans Timmermans, de Justicia, Ivo Opstelten y de Defensa, Jeannine Hennis-Plasschaert, para evaluar la situación y determinar los siguientes pasos.

Rutte ha hecho hincapié en que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tiene que ejercer ya su influencia sobre las milicias prorrusas que actúan en Ucrania oriental y ha subrayado que quiere "ver resultados" que se concreten en acceso sin restricciones y rápido para recuperar los restos de los 193 holandeses fallecidos.

En esos intensos contactos diplomáticos, Rutte ha hablado con Putin, en una conversación de la que no ha hecho más que el comentario de que "ahora tiene la última oportunidad para mostrar que de verdad quiere ayudar".

El primer ministro holandés también ha conversado con la canciller de Alemania, Angela Merkel, reticente a incrementar las sanciones europeas a Rusia por sus estrechas relaciones comerciales, y ha encontrado aliados en el presidente de Francia, François Hollande, y en el primer ministro británico, David Cameron.

El líder británico se mostró hoy favorable a endurecer las sanciones a Rusia si no cambia la actitud de Moscú en esta crisis.

Rutte y Cameron coinciden en que las relaciones entre la UE y Moscú se tiene que revisar ante la nueva situación.

La crisis rusoucraniana ha alcanzado un nuevo punto de inflexión con el aparente involucramiento de Moscú en este suceso y podría ser el elemento que finalmente lleve a los Veintiocho aumentar sus sanciones a Rusia, hasta ahora limitadas a prohibir visados y congelar activos de personas y entidades relacionadas con la violación de la integridad y la soberanía territorial ucrania.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE pidieron a sus ministros de Exteriores que el 22 de julio vean la posibilidad de aumentar esas sanciones contra Rusia por no hacer lo suficiente por rebajar la tensión en la crisis ucraniana.

Además del frente comunitario, las autoridades holandesas están también en estrecho contacto con Estados Unidos, y su ministra de Defensa, Jeanine Hennis-Plasschaert, también ha conversado con el jefe del Pentágono, Chuck Hagel.

A nivel nacional, los partidos políticos neerlandeses -incluidos los de la coalición gubernamental, el liberal (VVD) y el laborista (PvdA), quieren que Rutte explique en el Parlamento la situación respecto a la recuperación de las víctimas y de las negociaciones con Ucrania y Rusia.

El primer ministro holandés comparecerá mañana ante la Cámara, junto a los ministros de Interior, Ronald Plasterk, y de Justicia, Ivo Opstelten, para dar explicaciones de lo ocurrido.

Una de las mayores preocupaciones de las autoridades es saber cuándo podrán recuperar a las víctimas, sobre las que se sabe que son ya 196 los cadáveres trasladados a Donetsk en cuatro vagones refrigerados, según la misión de la OSCE en Ucrania.

Tres días después de esta catástrofe aérea, una de las peores ocurridas en este país, los neerlandeses siguen conmocionados y también enfurecidos por la magnitud de la tragedia.

"Me siento muy triste porque podría haber sido cualquiera de mi familia quien viajara en ese avión. El Gobierno tiene que presionar a Moscú para que respeten, o si no va a empeorar la situación", dijo hoy a Efe Jolanda Herik, que fue hasta el aeropuerto de Schiphol, de donde partió el avión siniestrado, para despedir a unos familiares y escribir un mensaje de condolencias en un libro para ese fin.

Herik insistió que "nuestros 193 compatriotas tienen que ser respetados. El Gobierno hace todo lo que puede para conseguirlo. Solo queremos el respeto de Rusia".

Otro neerlandés, Fred van der Tuin, también en la cola para expresar sus condolencias a las familias de las víctimas, señaló a Efe que "es muy difícil explicar lo que uno siente, porque es simplemente terrible. Como padres y abuelos que somos, nos ponemos en la situación de las víctimas".

"Esto va más allá de lo normal. Nos decimos que el Gobierno hace lo que mejor puede hacer: primero ver quién es el culpable y después actuar", agregó.

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