Quito, de luto, lamenta tragedia aérea y reanuda polémica sobre aeropuerto

  • Quito, 20 mar (EFE).- El Ayuntamiento de Quito declaró tres días de luto por la muerte de, al menos, siete personas, tras la colisión, el jueves, de un avión militar contra dos edificios de una zona residencial, lo que reactivó la polémica por la ubicación del aeropuerto en plena ciudad.

Quito, 20 mar (EFE).- El Ayuntamiento de Quito declaró tres días de luto por la muerte de, al menos, siete personas, tras la colisión, el jueves, de un avión militar contra dos edificios de una zona residencial, lo que reactivó la polémica por la ubicación del aeropuerto en plena ciudad.

El suceso, el cuarto que sucede en la misma zona en los últimos 20 años, también destapó las discrepancias que han surgido por la construcción de un nuevo aeropuerto para la capital, que se edifica en uno de los valles aledaños.

Un avión militar tipo Beechcraft, del Ejército, se estrelló la tarde de ayer contra dos edificios de departamentos en el barrio González Suárez, situado en un cerro del este de la ciudad.

Los tres tripulantes del aparato, la mujer e hijo del piloto, que los acompañaban, y dos civiles que se encontraban en las viviendas afectadas perecieron en la tragedia, cuyas causas aún se desconocen, aunque se ha abierto una serie de dudas sobre la seguridad de la aeronavegación en esta ciudad.

En 1988 y en dos ocasiones consecutivas en 1992, se produjeron accidentes similares, cuando aviones de uso oficial se estrellaron en la zona del barrio González Suárez.

Las autoridades ecuatorianas han abierto una investigación del accidente, pero en la calle se discute sobre la necesidad urgente de construir la nueva terminal en el sector de Tababela, unos 30 kilómetros al este de la ciudad, en el valle de Puembo.

Y es que algunos ediles del Ayuntamiento han denunciado supuestas irregularidades en los contratos de construcción del nuevo aeropuerto, a cargo de una empresa estatal canadiense, reclamos que han resonado en los últimos días debido a las elecciones municipales del próximo 26 de abril.

No obstante, en la mayoría de sondeos ciudadanos, realizados por emisoras de radio capitalinas, lo único claro es que nadie duda de que el actual aeropuerto Mariscal Sucre debe salir lo más pronto posible de la ciudad.

"Esto es una bomba de tiempo", señaló un transeúnte entrevistado por una radio local, mientras otros exigían celeridad en las obras del aeropuerto de Tababela.

Sin embargo, las autoridades del Mariscal Sucre han asegurado que la terminal se encontraba completamente operativa al momento del accidente de la tarde de ayer, pese a la espesa niebla que cubría gran parte de la ciudad, especialmente el sector del barrio González Suárez.

Los sistemas electrónicos de aproximación y los radares que vigilan el tráfico aéreo del aeropuerto se encontraban en pleno funcionamiento, lo que abre nuevas dudas sobre las causas del siniestro.

Uno de los técnicos de la Dirección de Aviación Civil (DAC), Bolívar Dávalos, la autoridad aeronáutica del país, indicó en rueda de prensa que la tragedia ocurrió muy poco antes de que el avión militar aterrizara.

Pese a que el aparato era vigilado por los sistemas electrónicos, menos de un minuto antes del accidente, su señal se perdió, por lo que se presume que la aeronave se guió por sus propios instrumentos.

Además, los expertos atribuyen mucha importancia a las condiciones climatológicas que se presentaban en la zona al momento del accidente.

Sin embargo, las autoridades prefieren no adelantar hipótesis hasta que concluyan los estudios que realiza la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) de las Fuerzas Armadas, para esclarecer los hechos y despejar las incógnitas.

De momento, los quiteños lamentan la tragedia y sufren el luto por las víctimas.

Las autoridades nacionales, encabezadas por el presidente de la República, Rafael Correa, han expresado su pesar a los familiares de los fallecidos y a los heridos por el accidente.

En la escuela superior del Ejército, cerca de Quito, también se preparó hoy una "capilla ardiente" para los funerales de los tres militares que perecieron en el percance.

Pese a ello, los aviones, grandes y pequeños, de pasajeros y de carga, militares y civiles, continúan cruzando el cielo de la capital, en un sinfín de vuelos que salen y llegan al aeropuerto Mariscal Sucre, cuyo trajín no cede a los lamentos.

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