Cementerio barcos II Guerra Mundial en Aruba, reclamo para buzos y turistas

  • A miles de kilómetros de distancia de Europa, el recuerdo de la II Guerra Mundial yace en un cementerio de barcos situado en las aguas caribeñas de Aruba, la excolonia holandesa que estuvo en el punto de mira de los alemanes y cuyas "ruinas" marinas son hoy un reclamo para turistas y buzos.

Alba Santandreu

Oranjestad (Aruba), 22 nov.- A miles de kilómetros de distancia de Europa, el recuerdo de la II Guerra Mundial yace en un cementerio de barcos situado en las aguas caribeñas de Aruba, la excolonia holandesa que estuvo en el punto de mira de los alemanes y cuyas "ruinas" marinas son hoy un reclamo para turistas y buzos.

Después de que las tropas de Adolf Hitler invadieran los Países Bajos en 1940, la rivalidad entre Alemania y Holanda traspasó las fronteras europeas y llegó hasta las costas de las antiguas Antillas Holandesas, donde hoy se encuentran dos barcos de bandera europea hundidos hace más de siete décadas.

A menos de treinta metros de profundidad descansa el gigantesco carguero alemán 'Antilla', cuyo patrón, el capitán Smith, prefirió hundir el barco antes que entregárselo a los holandeses, protagonizando así uno de los grandes naufragios del Caribe.

"Cuando Alemania invadió Holanda, los holandeses mandaron un mensaje a todas las islas para que echaran a los alemanes (...) Los holandeses pidieron al capitán Smith que entregara su barco, pero éste decidió hundirlo para que no fuera usado por ellos", dijo a Efe el guía turístico César Maduro.

Smith y su tripulación incendiaron el barco y abrieron las válvulas para conseguir que la entrada de agua fría hiciese explotar el motor. La tripulación consiguió llegar a la orilla, pero una vez en tierra fueron encarcelados por los holandeses.

Tras el naufragio del 'Antilla', conocido popularmente como "Barco Fantasma", cuenta el guía que los alemanes enviaron submarinos a las costas de Aruba -a unos 20 kilómetros del norte de Venezuela- para atacar la refinería de petróleo, durante décadas fuente de riqueza de esta isla.

Ante las amenazas, los holandeses decidieron colocar el navío 'Pedernales' frente a la instalación para proteger la refinería. Y lo consiguieron.

El barco recibió un torpedo de los alemanes y se hundió, llevando al fondo del mar un capítulo más de la II Guerra Mundial.

Cargados de historia, los barcos son hoy un punto de referencia para buceadores debido a la gran diversidad de flora y fauna submarina que se encuentras en los arrecifes creados sobre los restos de los navíos.

Las estructuras de las embarcaciones se encuentra hoy en día poblada por enormes esponjas tubo, formaciones de coral, langostas y peces ángel de cola amarillo que apreciables gracias al color azul cristalino del agua.

En toda la isla existen más de 20 barcos hundidos, entre los que también destaca el 'California'. La nave fue uno de las que recibió -pero no contestó- los mensajes de auxilio del 'Titanic' en 1912 y que, paradójicamente, naufragó años más tarde en las costas de Aruba tras estrellarse contra la costa.

Dicen también que el 'Jaine Sea', situado en el arrecife Barcadera a más 20 de metros de profundidad, era un carguero venezolano de 75 metros que fue construido para transportar cemento, pero se interceptó transportando cocaína. Fue hundido, cuentan, en 1988.

A pesar de la gran cantidad de navíos hundidos en la costa arubeña, cada uno tiene en su tras de sí una historia, pues la mayoría fueron colocados de manera intencional bajo las aguas del mar para crear arrecifes artificiales y atraer la atención de turistas en una isla que vive prácticamente de esa actividad.

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