El delegado, que ha estado acompañado por los subdelegados del Gobierno de Granada y Jaén, Francisco Fuentes y Francisca Molina respectivamente, ha asistido a una presentación del ejercicio por parte del Teniente Coronel Isaac López, jefe del BIEM II, y por el teniente general jefe del mando de Adiestramiento y Doctrina de la UME, José Carrasco y posteriormente ha visitado diversos puntos donde se está realizando el adiestramiento.
Sanz ha afirmado que "el objetivo de estos ejercicios es mejorar la preparación de los militares en caso de intervención tras grandes nevadas y fenómenos meteorológicos adversos", según ha informado la Delegación del Gobierno en Andalucía a través de un comunicado.
En este sentido, ha destacado que "una de las principales características de los integrantes de la UME es su "continua y constante" preparación e instrucción, con ejercicios como los de Granada, en los que participan "407 hombres y mujeres y 107 de vehículos, pertenecientes al Segundo Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM II) de esta Unidad especializada en grandes catástrofes".
Durante esta semana, las localidades de Guadix, Ferreira, Nevada y Bayárcal, el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, y el refugio General Oñate, instalación militar de la Segunda Subinspección General del Ejército de Tierra, sirven de escenario para llevar a cabo prácticas en materias tales como búsqueda y rescate en aludes, apoyo a la vialidad, ayuda y evacuación de personas o poblaciones aisladas por tormentas invernales severas, o suministro de ayuda logística en zonas aisladas o de difícil acceso, así como apoyo a empresas estratégicas para restablecimiento de servicios esenciales, según ha explicado Sanz.
Con estos ejercicios, ha afirmado el delegado, "se alcanza uno de los objetivos que persigue la UME, el adiestrarse en condiciones lo más semejantes posible a las de una intervención real, como la que tuvo lugar el mes de febrero del año pasado, tras una gran nevada en Las Cumbres (Gran Canaria), que dejó aislados y sin luz algunas poblaciones de la zona, y donde personal de la UME, participó en las labores de restablecimiento de vías colapsadas y de suministro eléctrico en la zona", ha recordado Antonio Sanz.
El delegado del Gobierno en Andalucía ha elogiado el trabajo del II Batallón de la UME (BIEM II) cuyo ámbito de actuación abarca 11 provincias distribuidas por las comunidades autónomas de Andalucía y Canarias, así como los territorios correspondientes a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y ha dicho haber conocido "de primera mano las capacidades con que cuenta el BIEM II para integrarse, en su caso, en los dispositivos que se organicen en la resolución de cualquier situación adversa provocada por este riesgo y es un orgullo para nuestro país contar con esta Unidad, un modelo único en España".
Asimismo, ha recordado que "desde su creación en el año 2005, a raíz del Acuerdo del Consejo de Ministros de 7 de octubre, el II Batallón de esta unidad organizada de las Fuerzas Armadas ha actuado en situaciones complicadas de emergencia, en casos de catástrofe, grave riesgo y otras necesidades públicas, "con gran valor", desde el "compromiso desinteresado" y la "entrega a los ciudadanos, con la garantía de un personal específicamente formado y adiestrado para preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en situaciones de emergencia".
IMPORTANCIA DE LOS SIMULACROS
El delegado ha destacado la importancia de este tipo de simulacros y ha recordado el que la Unidad Militar de Emergencias realizó de terremoto de nivel 3 entre el 4 y el 8 de abril en la zona norte de Sevilla "para la prevención, la seguridad y el aprendizaje". En este simulacro participaron casi 3.500 personas, entre efectivos de la UME, las FCSE y miembros del Grupo Asesor Internacional de operaciones de Búsqueda y Rescate (Insarag), ya que "la prevención y la seguridad es una prioridad". También contó con la presencia de equipos de intervención y observadores internacionales.
El simulacro profundizó en la intervención de aquellas capacidades que se consideran fundamentales en la gestión de una catástrofe real provocada por un seísmo, entre otras, búsqueda y rescate; riesgos medioambientales y tecnológicos; atención a damnificados; restablecimientos de infraestructuras; mando y control; atención y evacuación sanitaria, seguridad y orden Público y apoyo logístico.
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