El fuego se inició en una parcela sembrada de trigo y se extendió por terreno forestal, quedando afectadas cuatro hectáreas de pino y once de terreno agrícola. Las pesquisas practicadas han demostrado que en ese momento se encontraba trabajando una cosechadora en el lugar y no existía ningún vigilante alerta y comprobando que no se producía ningún conato de incendio, conforme establecen las medidas de seguridad.
Las primeras investigaciones, a falta del informe final, hacen pensar que el incendio se produjo a consecuencia de una chispa que saltó al chocar el peine de la cosechadora contra una piedra, todo ello motivado por la baja altura a la que se lleva el peine, cuando se trabaja.
El SEPRONA ha denunciado al operario de la cosechadora y al agricultor por incumplimiento de las medidas de seguridad en materia de prevención de incendios forestales, y se han instruido diligencias por los daños ocasionados dentro del Plan de Prevención y Actuación en Incendios Forestales, tanto en el monte como en sus zonas limítrofes.
Los trabajos se estaban realizando con una temperatura superior a los 30º C si bien la velocidad del viento era en ese momento inferior a los 30 kilómetros horas, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología.
En la extinción del incendio participó una dotación de bomberos voluntarios de Castrojeriz; bomberos, agentes medioambientales y técnicos de la Junta de CyL, helicópteros, medios terrestres y personal del Cuerpo.
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