Según las organizaciones, es de vital importancia garantizar el abastecimiento de agua potable y la distribución de productos sanitarios básicos a las comunidades más afectadas por el efecto meteorológico para evitar la propagación de enfermedades como el cólera.
Las labores de búsqueda de Protección Civil se han prolongado en la isla, donde se teme que el balance de fallecidos y afectados aumente. Según datos oficiales, sólo en los distritos del Sur y Grand Anse se han registrado unas 29.000 casas fuertemente afectadas. En el suroeste del país se han producido grandes inundaciones.
"Tememos que las cifras aumenten considerablemente a medida que los equipos de emergencia avanzan. Lo que más urge en este momento es proporcionar agua potable para evitar enfermedades, así como entregar alimentos y materiales de construcción", ha indicado el director de los programas de Oxfam Intermón en Haití, Jean Claude Fignole.
"También hay que tener en cuenta que puede producirse un aumento de los casos de cólera y malnutrición debido a la pérdida de las cosechas. Es necesaria una movilización a nivel internacional para apoyar al pueblo haitiano", ha añadido.
EVALUACIONES DE URGENCIA
Tras una evaluación de urgencia, los equipos de Oxfam Intermón y Acción contra el Hambre han comenzado a llevar a cabo evaluaciones de emergencia para responder con una mayor eficacia a las necesidades de la población mediante la distribución de materiales y productos.
En las localidades de Maniche, Los Cayos y Cavaillon, las organizaciones han repartido entre la población kits de higiene y material de construcción. Según las organizaciones, el número de personas afectadas es difícil de determinar debido al difícil acceso a las zonas afectadas.
"En el norte del país muchas familias lo han perdido todo. Estimamos que solo en Bombardopolis se han visto afectadas al menos 20.000 personas. Nuestros equipos están realizando evaluaciones sobre el terreno para intervenir de inmediato", ha afirmado el director en Haití de Acción contra el Hambre, Esclatine Antoine.
"Para prevenir la propagación de enfermedades, hemos fortalecido los protocolos de cuarentena, especialmente en aquellos casos enque la población transite entre las dos provincias. Además, hemos acelerado los mecanismos de respuesta para evitar la reaparición del cólera", ha añadido.
En Puerto Príncipe había aún 60.000 habitantes que llevaban viviendo en refugios desde 2010, cuando tuvo lugar el terremoto que se saldó con la vida al menos a 230.000 personas.
"Si el huracán hubiera llegado de noche habría perdido a mis hijos. El agua dentro de casa llegaba hasta la cintura. Tuve miedo porque si hubiera subido un poco más no habría podido hacer nada", ha afirmado Marcele Duby, una residente de Truitier.
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