Noche de angustia para los habitantes de ciudad japonesa de Mashiki tras sismo

Los habitantes de la pequeña ciudad japonesa de Mashiki se preparaban para una larga noche de angustia este viernes tras el sismo que dejó al menos nueve muertos y centenares de heridos en esta región del suroeste del país asiático.

Los servicios de socorro continuaban buscando supervivientes en los escombros de las casas destruidas por un temblor, de magnitud 6,5, que fue seguido de numerosas réplicas.

El balance del sismo en la prefectura de Kumamoto, situada en la isla de Kyushu, es por el momento de nueve muertos y 860 heridos, 53 de ellos graves.

"La casa tembló de arriba a abajo", contó a la AFP Nobuyuki Morita, un residente de 67 años de la ciudad de Mashiki. "Estábamos viendo la televisión cuando de repente sentimos unos temblores muy fuertes. Me sorprendió mucho, nunca he visto un temblor así en mi vida".

Morita y su mujer pasaron la noche en un coche porque no podían volver a su casa, con el techo derrumbado y los muebles desperdigados. El reloj se quedó parado a las 21H26 (12H26 GMT), la hora del primer temblor. Muchos otros habitantes se preparaban para pasar la noche del viernes al sábado en aparcamientos al aire libre.

"Sólo pude salir de mi casa después de cinco réplicas, fueron tan fuertes que me daba miedo moverme", contó un vendedor a la televisión. En su local todo estaba patas arriba, y los estantes, las mesas y los artículos tirados por el suelo.

En total se sintieron 134 réplicas, algunas de una intensidad parecida a la del sismo del 11 de marzo 2011, precisó la agencia japonesa de meteorología.

Decenas de casas, muchas de ellas viejas y de madera, quedaron total o parcialmente destruidas. Unas 44.000 personas tuvieron por ello que refugiarse en centros de acogida, donde se les dio arroz y agua potable.

Una niña de ocho meses fue rescatada viva de entre los escombros, indicó la cadena de televisión NHK.

El gobierno declaró el estado de catástrofe natural y envió al lugar a casi 6.500 hombres, entre bomberos, policías y soldados.

"Hemos localizado diversos daños con un helicóptero de las fuerzas de autodefensa dotado de un sistema de rayos infrarrojos, y puede que haya personas atrapadas bajo los escombros. Tememos que el balance aumente", dijo el ministro de gestión de desastres, Taro Kono.

El castillo de la ciudad, de 400 años de antigüedad, también resultó dañado en el techo y los muros.

Varios grandes grupos japoneses, entre ellos Toyota, Bridgestone, Honda y Sony, decidieron este viernes suspender las operaciones en las fábricas de la zona para hacer un balance con los proveedores y evaluar los daños.

Varias carreteras resultaron dañadas, y los transportes se vieron perturbados. Un tren de alta velocidad que no transportaba pasajeros descarriló y el tráfico ferroviario tuvo que ser interrumpido para revisar las vías, como suele hacerse cada vez que hay un terremoto.

Además, al menos 15.000 hogares se quedaron sin electricidad, y hubo asimismo cortes en el suministro de gas y agua.

La compañía que alimenta la región, Kyushu Electric Power, aseguró que no se detectó ninguna anomalía en la central nuclear de Sendai, donde se encuentran los dos únicos reactores en servicio en Japón.

Las demás instalaciones nucleares de la región, es decir las de Ehime y Genkai, no se vieron afectadas, según las compañías operadoras.

Japón, situado en la intersección de cuatro placas tectónicas, sufre cada año más del 20% de los sismos más fuertes del planeta.

Los japoneses son todavía más sensibles a los peligros de los temblores desde el tsunami de marzo de 2011, que mató a unas 18.500 personas y provocó un grave accidente nuclear en la central de Fukushima.

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