Un total 435 misioneros españoles residentes en México se movilizan para ayudar a las víctimas del terremoto

  • Un total de 435 misioneros españoles residen actualmente en México y aunque no todos han vivido de cerca el terremoto que ha dejado más de 280 muertos, se están movilizando para ayudar a las víctimas. No hay constancia de bajas entre ellos, según informa Obras Misionales Pontificias (OMP).
EUROPA PRESS

Entre ellos, se encuentra el padre Higinio Izquierdo, un misionero salmantino residente en el Estado a de Quintana Roo, una zona muy alejada del epicentro del seísmo. "Lo más duro vendrá después, cuando la gente tenga que enfrentarse a la nueva realidad que les ha abierto la desgracia", asegura.

Otros misioneros sí han sufrido en primera persona la tragedia. "Estábamos treinta sacerdotes agustinos recoletos juntos en una reunión con los superiores. Lo pasamos muy mal y el susto fue tremendo; gracias a Dios solo tenemos pequeñas contusiones, pero los edificios han quedado bastante dañados", explica Lope Ruiz, un agustino recoleto riojano, misionero en Ciudad de Méjico.

En algunos casos, los daños no han sido personales, sino de los edificios en los que los misioneros viven o trabajan. "Algunas capillas de nuestra parroquia de Amozoc (Puebla) han sufrido daños", explica José Alfonso Martínez, un sacerdote guaneliano nacido en Valladolid. Desde su parroquia en Ciudad de México, se han creado dos centros para recoger víveres no perecederos y llevar alimentos a la gente que está en los albergues o en gran necesidad.

Desde Morelia (Michoacán), la cordobesa Amalia Aragón, pide que se continúe rezando y pone su confianza "en la Virgen de Guadalupe". Las seis hermanas blancas de las dos comunidades que tienen en México están bien. La misionera destaca la solidaridad de los mexicanos y cuenta cómo "muchas personas que se han unido a los equipos de emergencia, se esfuerzan por rescatar a las personas atrapadas en los edificios derrumbados".

Algunos misioneros, como el sacerdote madrileño Guillermo Serra, se han acercado a la zona para ofrecer ayuda espiritual. "Hay mucha ayuda, gracias a Dios, y muy buen espíritu. Lo importante es seguir rezando", afirma.

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