Croacia alza la voz contra sus 'hooligans' y teme sanciones

"Terroristas del deporte", "Hooligans", "Estúpidos", "Enemigos de Croacia": la selección croata de fútbol alzó el tono contra los hinchas que lanzaron una docena de bengalas en los últimos minutos del partido de este viernes en Saint-Etienne ante la República Checa (2-2) en la Eurocopa.

En el momento de los incidentes, en el minuto 86, los croatas dominaban por 2-1. El parón de cinco minutos, las peleas en la grada, el abucheo general y el operario al que le explotó un petardo mientras intentaba apagar el fuego rompieron definitivamente el ritmo del partido y en la reanudación los croatas parecieron a la deriva, lo que aprovecharon los checos para atacar, conseguir un penal y terminar empatando el partido.

Al finalizar el partido, la cuestión de las bengalas casi monopolizó la conferencia de prensa del seleccionador croata, Ante Cacic, y de Ivan Rakitic, elegido el mejor jugador del encuentro.

"Espero que les atrapen, que la Federación Croata ayude a detenerles. Son gente que da miedo. Es por eso que les llamo hooligans y no aficionados. Hemos visto reportajes y temíamos que podía pasar algo así. No son aficionados, son terroristas del deporte", afirmó Cacic en su intervención.

"No son hinchas, son hooligans que no deberían estar en un estadio. Algunos medios croatas puede que no queden contentos con mis opiniones, pero esto pasa a menudo. Lo vimos en Milán ante Italia (lanzamiento de bengalas en noviembre de 2014), luego una esvástica en el terreno de juego en Split, también contra Italia (junio de 2015). Tratan de perturbar todo lo que hacemos, pero el 95% de los aficionados croatas sienten vergüenza por estos hooligans", añadió con gesto muy serio.

"El partido se detuvo y perdimos nuestra fuerza", lamentó Cacic. "Estoy al menos contento con que no perdimos y con que pudimos empatar", apuntó con amargura.

La UEFA avanzó ya que va a abrir un proceso disciplinario para esclarecer los hechos, pero todo hace pensar en sanciones para Croacia.

"No quiero hablar mucho de ello, pero todos hemos visto lo que pasó. Es difícil para nosotros hablar de esto después de un partido así, en el que jugamos bien ante un rival que estuvo excelente", comentó el jugador Ivan Rakitic también en una conferencia de prensa.

"Todo lo que puedo decir es que la mayor parte de los aficionados se comporta de forma cívica, son auténticos aficionados. Hay una pequeña parte, una decena quizás, que puede provocar problemas. Todo el cuerpo técnico, la Federación Croata, el equipo, pedimos disculpas a la UEFA, a la República Checa, a todos los que asistieron al partido y a los que lo siguieron desde casa", apuntó.

Un periodista le preguntó entonces si tiene miedo a una eventual descalificación de Croacia de esta Eurocopa, a lo que Rakitic estimó que puede haber sanción, pero no hasta ese punto.

"Vamos a tratar de olvidar esto. Puede que la UEFA decida que tengamos que jugar algún partido a puerta cerrada. Es por culpa de esos hinchas estúpidos", señaló.

El seleccionador de la República Checa, Pavel Vrba, también fue preguntado por el incidente, pero no quiso extenderse mucho: "No es un tema que me corresponda".

El escándalo ha llegado a nivel político, ya que la presidenta del país Kolinda Grabar-Kitarovic les descalificó a través de su página de Facebook: ""Son enemigos de Croacia y odian a su propia selección y a su país. ¡Dáis vergüenza!", escribió.

Croacia se convierte así en el nuevo equipo en el punto de mira de los responsables disciplinarios de la UEFA.

Rusia, por los incidentes violentos protagonizados por hinchas de su país en el estadio Velodrome el sábado al final del empate ante Inglaterra (1-1), fue amenazada con la descalificación del torneo si sus aficionados vuelven a protagonizar incidentes violentos en un estadio.

Con motivo de ese partido ante los ingleses se habían producido incidentes violentos en el centro de Marsella en tres días diferentes. Los más graves, en la tarde del partido el mismo sábado, se saldaron con 35 heridos y provocaron el primer escándalo de la Eurocopa-2016, poniendo en el primer plano de la actualidad el problema de los 'hooligans'.

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