Los dirigentes del fútbol birmano apuntaron este jueves a un problema de "mentalidad" entre algunos aficionados los incidentes perpetrados por seguidores en un encuentro de la selección nacional femenina contra Vietnam.
"Se trata un poco de un problema de mentalidad", declaró a AFP Zaw Min Htike, director de comunicación de fútbol de la Federación de Birmania de Fútbol.
Un pequeño grupo de aficionados destrozaron el martes el estadio de Mandalay, arrancando los asientos y destruyendo los aseos, cuando el árbitro sancionó la pena máxima contra Birmania en los últimos minutos del encuentro.
El responsable de la máxima institución de este deporte en el país aseguró que deberán esforzarse por intentar conseguir que los seguidores comprendan y acepten las reglas de juego.
Bajo el aliento de 30.000 aficionados, el colegiado pitó un penal que permitió igualar el partido a Vietnam y, a posteriori, ganarlo en la tanda de máximo castigo, eliminando así a Birmania en la semifinal de la Copa de Asia.
La violencia es recurrente en el fútbol birmano. En 2011, el país fue excluido de la fase de clasificación para el Mundial después de que se interrumpiera el enfrentamiento contra Omán, debido al lanzamiento de piedras y botellas sobre los jugadores locales.
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