Inicio del torneo uruguayo paralizado y sin soluciones contra la violencia

El inicio del Campeonato uruguayo de fútbol está en duda debido a la falta de acuerdo entre las autoridades y la federación local sobre las medidas para afrontar la violencia en los escenarios, lo que derivó en la suspensión por tiempo indeterminado de la actividad.

"Arrancar y no dar solución al tema sería una irresponsabilidad de nuestra parte", sentenció el titular de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmer Valdéz, luego de que el viernes por la noche culminara una reunión de las jerarquías de la AUF con los representantes de los clubes para informar del estado de las gestiones ante el gobierno y evaluar alternativas frente a las diferencias existentes.

La Asamblea de Clubes optó por una paralización, declararse en sesión permanente y una reunión extraordinaria el lunes, con lo cual el comienzo de la competencia que debería comenzar el 6 de agosto es poco probable y no hay perspectivas optimistas inmediatas ante el diálogo estancado entre el gobierno y la AUF sobre la seguridad en los estadios.

Según Valdéz, la paralización permite "seguir trabajando en la búsqueda de soluciones".

Además, explicó a los clubes que la pérdida de fondos por la transmisión de partidos de la clasificatoria mundialista debido al escándalo de corrupción en la FIFA afectó las arcas del organismo y le impide la compra inmediata de sistemas complejos de vigilancia.

La AUF incluso pedirá ayuda a la FIFA para que le extienda fondos para destinarlos a las compra de cámaras de vigilancia con sistema de identificación facial como pide el Ministerio del Interior y así poder iniciar la competencia, aunque es difícil que se concrete la aprobación, compra e instalación para comenzar a tiempo.

Las jerarquías del Ministerio del Interior acusaron a la AUF de no cumplir con lo pactado en torno a medidas de prevención de la violencia y además se negaron a desplegar efectivos en los partidos de riesgo, para los que exige como condición irrenunciable que se coloquen las cámaras especiales en los escenarios.

El tema de la violencia en el fútbol ha sido uno de los temas más espinosos y tratados en la discusión de los clubes, la AUF y las autoridades, sobre todo por la repetición de incidentes diversos en la última temporada.

La situación llegó incluso a cambiar el formato de un cuadrangular que iban a afrontar esta semana los dos considerados grandes del fútbol charrúa, Nacional y Peñarol, contra los equipos españoles Deportivo La Coruña y Celta de Vigo, con la suspensión del clásico uruguayo.

El último incidente ocurrió hace pocos días en las elecciones del popular Cerro de primera división, en la sede del club, cuando hinchas golpearon al presidente electo para obligarlo a renunciar.

La Comisión de Seguridad de la AUF elaboró una lista especial de 20 partidos considerados de alto riesgo y que deberán tener atención especial entre los cuales figuran el superclásico Nacional-Peñarol, los choques de estos mismos con Cerro, o el clásico barrial Cerro-Rampla.

Un plan de la AUF es instalar un sistema obligatorio de identificación de hinchas para ingresar al principal escenario, el estadio Centenario, con la idea de jugar allí los partidos que sean considerados de alto riesgo.

La Asamblea de Clubes además aprobó un nuevo protocolo de seguridad de la AUF y un código con sanciones más severas para los clubes con hinchas que generen incidentes.

Pero la Intergremial, que nuclea a jugadores, árbitros y personal de recaudación de la AUF decidió no entrar en actividad si la Policía no ingresa a las canchas.

"Mientras haya voluntad de diálogo se pueden encontrar soluciones. Pero todos tenemos que ceder un poquito", dijo el jueves al diario El Observador el Secretario General de la AUF, Eduardo Balbi.

Mostrar comentarios