Luiza Gega, la soledad de una fondista albanesa ante los Juegos de Rio

Sus compañeros de entrenamiento en el parque de Liqeni son corredores amateurs: a falta de una pista de atletismo en Tirana, Luiza Gega se prepara en solitario y carente de medios para los 3.000 metros obstáculos de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.

"El fútbol es mejor para las relaciones públicas", dice esta pequeña mujer de 27 años musculada y sin un gramo de grasa, que espera conseguir una medalla el domingo en los campeonatos de Europa de Amsterdam antes de los Juegos Olímpicos de agosto, mejorando su récord de 9 minutos y 32 segundos.

Gracias a una victoria ante Rumanía (1-0), los futbolistas de Albania recibieron el homenaje de todo el país. Cuando ella finalizó en quinto puesto de los 1500 metros de los Mundiales en pista cubierta en 2014 en Sopot (Polonia), Luiza Gega sólo se encontró con la indiferencia, se lamenta su entrenador Taulant Stermasi, un exfutbolista de 39 años que compagina su actividad deportiva con su trabajo en el ámbito inmobiliario.

"Para conseguir dinero del Estado, hay que estar entre las cinco primeras... Ella finalizó sexta. ¿Qué puesto ocupan los futbolistas?", se pregunta.

La ministra de Deportes "no se ha encontrado ni una sola vez con Luiza Gega, mejor atleta de la historia" de esta especialidad en Albania, señala Taulant Stermasi.

"Me gustaría decirle: +Si usted piensa que no merece el dinero, OK. Pero dígaselo+. La política valora la imagen y correrá detrás del deporte que le de imagen", reconoce el secretario general del Comité Olímpico albanés, Stavri Bello. "El fútbol es la industria pesada", explica.

Luiza Gega completó sus entrenamientos durante mucho tiempo en el estadio Qemal Stafa, el más grande del país. Construido en 1946, el revestimiento del vetusto recinto dañaba las piernas de la atleta. Pero disponía de la única pista de atletismo en Tirana, una ciudad de un millón de habitantes.

En abril, Luiza Gega presenció su destrucción para construir el National Arena, un estadio de 22.300 localidades que será "uno de los más hermosos de Europa", prometió el Primer Ministro Edi Rama. Pero sin un anillo para el atletismo...

Luiza Gega no imaginaba que las excavadoras llegarían tan pronto, antes incluso de los Juegos Olímpicos. "Hacía años que entrenaba en este estadio", suspira. Hoy los montones de tierra y escombros se apilan sobre el otrora lugar de entrenamiento de Gega.

Fue entonces cuando tomó camino a Korça, a casi 180 kilómetros al sudeste. Esta localidad a 900 metros de altitud cuenta con una de las únicas dos pistas de atletismo del país.

Poseedora de los récords nacionales de 800 metros y 10.000 metros, la atleta nacida en el puerto de Durrës (centro-oeste), hija de una cocinera y de un agricultor, destacaba en las carreras escolares pero no empezó a tomarse en serio el deporte hasta los 14 años.

Trece años después, el 5 de agosto, será una de las primeras en entrar en el Estadio Olímpico de Rio, en calidad de abanderada de Albania, guiando a dos nadadores, un atleta y un halterófilo. Ella llegará sin fisioterapeuta ni nutricionista ni masajista.

Gracias a una ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI) de 1.000 dólares mensuales, Gega se fue en enero a pasar siete semanas en Kenia. Pero no logró reunir los fondos para ir este verano a Font-Romeu, la estación francesa frecuentada por los deportistas para sus concentraciones en altura.

Para los demás gastos recibe 3.000 dólares anuales de la marca deportiva que le viste. Albania es, reconoce Luiza Gega, "un país que pasa por muchas dificultades". Según el gobierno, en 2016 sólo destinó 3,5 millones de euros al deporte.

Pero las autoridades dieron "un millón de euros a los futbolistas por haber marcado un gol", denuncia Taulant Stermasi.

Para Stavri Bello, "las infraestructuras en el atletismo no están desarrolladas". Para Stermasi, Luiza Gega "con un entrenamiento digno de ese nombre, ella sería medallable". Y Albania nunca ha ganado una medalla olímpica.

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