Messi: astro en el campo, novato en las finanzas

Un palmarés dorado ahora manchado por una condena judicial. El profesionalismo en el campo del astro argentino Lionel Messi contrasta con su escaso rigor en la gestión de sus finanzas, que le valió una condena por fraude fiscal en España.

Cinco Balones de Oro hacen de la estrella de Rosario de 29 años el mejor jugador del momento y uno de los mejores de la historia. También es de los mejor pagados, disputándose el liderato con su eterno rival, el portugués Cristiano Ronaldo.

Aunque en gestionar estos ingresos no presta tanto interés. "Yo me dedicaba a jugar al fútbol, confiaba en mi papá y mis abogados y no tenía ni idea de nada", declaró ante el tribunal de Barcelona.

"Firmábamos acuerdos con determinados patrocinadores, por una cantidad equis de dinero y yo tenía que hacer anuncios, fotos y cosas de esas pero sobre el dinero (...) no sabía nada".

El padre, Jorge Horacio, también condenado, lo confirmó: "Leo no leía los contratos. Él se dedicaba a jugar".

En el juicio, la "Pulga" aseguró ignorar el entramado societario organizado por su padre y sus abogados para evitar el pago de 4,16 millones de euros al fisco español entre 2007 y 2009. Pero su regate judicial no funcionó tan bien como en el campo.

Aunque tuvo oportunidades de conocer cómo se gestionaban esos derechos, Messi "no lo hizo", "decidió permanecer en la ignorancia", esgrime el tribunal.

La condena de 21 meses de prisión es simbólica -en España no se aplican cuando son inferiores a dos años y no existen antecedentes penales- pero supone un golpe en la imagen inmaculada de Messi.

Además, de volver a ser condenado, no evitaría la prisión. Y no es un tema baladí pues su nombre apareció en los "papeles de Panamá" como propietario de una sociedad fundada justo después de que empezara a tener problemas judiciales en España.

A lo largo del proceso, Messi desconectaba de sus líos judiciales protagonizando gestas futbolísticas con la camiseta azulgrana. Pero en el plano deportivo, las dos últimas semanas tampoco fueron un camino de rosas para el astro de Rosario.

A finales de junio, acumuló un nuevo fracaso con Argentina, con quien sólo ganó el oro olímpico en 2008. Tras tres finales consecutivas perdidas, el Mundial-2014 contra Alemania y las Copas América de 2015 y 2016 en los penaltis ante Chile, el capitán se despidió de la camiseta albiceleste.

El mundo entero lo lamentó, incluso su eterno rival Ronaldo.

Y es que resulta complicado no emocionarse ante la historia del argentino: con 13 años, afectado por problemas de crecimiento, dejó su país para encontrar un club que confiara en su talento y financiara su tratamiento.

Su "papá", ¿quién sino?, convenció al Barça y empezó la historia de amor.

Debutó en el primer equipo en 2004 y desde entonces el delantero levantó cuatro Ligas de Campeones, ocho Ligas, cuatro Copas y se convirtió en el jugador más laureado del club junto a Andrés Iniesta.

Los récords individuales también fueron cayendo: mejor goleador del Barça, mejor goleador de la Liga (312), récord de tantos en un año (96 en 2012), mejor goleador con la selección argentina (55)...

El astro argentino tiene habilidades innatas que marcan la diferencia: velocidad, visión de juego, regates demoledores, definición quirúrgica. Cuando parecía hundido, en 2013 y 2014, se levantó para liderar de nuevo a un Barça ganador.

"La carrera de Leo es así, un guión cinematográfico", dijo un día su exentrenador con Argentina y el Barcelona Gerardo Martino.

Cuando mejor parecían irle las cosas profesionalmente y personalmente con su mujer Antonella y sus dos hijos Thiago y Mateo (de 3 años y 10 meses), este guión le deparó un doble golpe judicial y deportivo.

Pero, como en las series, el fútbol empezará en agosto una nueva temporada en la que Messi podrá volver a verse como más cómodo se siente: lejos de polémicas, con un balón en los pies y el '10' en la espalda.

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