El ministro de Deportes ruso Vitali Mutko expresó este miércoles su inquietud por los retrasos en la construcción del nuevo estadio de San Petersburgo, que debería acoger varios encuentros del Mundial de Rusia en 2018.
"Estamos seriamente preocupados por la construcción del estadio de San Petersburgo", declaró Mutko, en declaraciones recogidas por la agencia de prensa rusa Interfax, añadiendo que la situación está bajo control del presidente Vladimir Putin.
Según Mutko, la suspensión de los trabajos ponen en duda la organización de cuatro partidos de la Copa de Confederaciones en San Petersburgo en 2017, torneo que representa la antesala del Mundial.
"En octubre, nosotros visitaremos el estadio con los representantes de la FIFA y tomaremos una decisión", precisó Mutko, quien señaló que otro estadio podría ser elegido para la competición.
La empresa rusa encargada de la construcción del estadio, Injtransstroi-SPB, anunció el pasado mes de julio que ha suspendido las obras al acusar a las autoridades locales de retrasos en los pagos de algunos trabajos ya realizados.
La construcción de este estadio con capacidad de 68.000 espectadores, donde debería disputarse una semifinal del Mundial antes de acoger al club local Zenit, se inició en 2007. El coste se ha elevado hasta los 541 millones de euros.
En mayo, la FIFA mostró su preocupación al respecto en una visita a las obras.
Rusia albergará el Mundial en 12 estadios distribuidos en 11 ciudades: Moscú, San Petersburgo, Nijni Novgorod, Kazan, Volgogrado, Rostov, Kaliningrado, Samara, Ekaterimburgo, Saransk y Sochi.
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