Selección femenina de Jordania desafía a España y las tradiciones

Sus ojos brillan de cansancio, pero también por la excitación. La selección femenina sub-17 de Jordania está impaciente por comenzar el viernes el Mundial de fútbol de la categoría en el Estadio de Ammán, nada más y nada menos que ante España, una de las grandes potencias de este deporte.

"Estoy muy entusiasmada por el partido. Hemos trabajado duro para preparar el primer encuentro", señala Anoud Gazi, defensa central.

"Jugar una Copa del Mundo es un sueño para mí y para las otras jugadoras", añade tras una dura sesión de entrenamiento nocturno en un estadio en las afueras de Ammán.

Esta estudiante debe pasar su examen de reválida a finales de año. Pero ahora hace un paréntesis en sus estudios.

"No he asistido a las clases desde hace un mes. La directora (del instituto) me ha dicho que no me preocupe, que me ocupe sólo del Mundial", explica.

Jordania y la FIFA buscan dejar un legado en la región al organizar el primer torneo de fútbol femenino mundial en el Medio Oriente.

Los 19 países del Medio Oriente y del Norte de África, principalmente musulmanes, cuentan con 13.890 licencias de jugadoras, según la FIFA.

"Hay muchas cosas que hacer en la región, pero las primeras semillas ya están plantadas", señala la organización, que establece el Mundial sub-17 como "el punto de partida de un gran programa de desarrollo del fútbol femenino" en Jordania.

Como en la mayoría de países de Medio Oriente, el fútbol es el deporte rey en Jordania, un reino conservador, pero sigue siendo un deporte de hombres.

Para incitar a los aficionados a acudir a los estadios a animar al equipo sub-17 la organización lanzó una campaña hace varios meses.

"Un solo corazón, un solo objetivo y un solo equipo", se puede leer en carteles en la capital Ammán, junto a los retratos de cinco sonrientes jugadoras invitando a los ciudadanos a asistir a "un partido histórico" contra España.

Para el viernes la organización espera que el Estadio de Ammán complete su capacidad de 13.000 espectadores.

Y según se acerca la competición el equipo jordano está recibiendo todas las atenciones posibles. Llega al entrenamiento en un flamante autobús escoltado por varios coches de policía, con las sirenas encendidas.

Jordania busca que esta competición ofrezca la imagen de país "abierto" y "remanso de paz" en medio de los conflictos de Oriente Próximo, que han provocado una caída de las reservas en este destino turístico.

"Es una ocasión para explotar y promover la imagen de Jordania", dijo esta semana la ministra de Turismo Lina Annab, afirmando que se ha puesto en marcha una campaña de promoción para hacer descubrir los atracciones turísticas a las delegaciones deportivas y los aficionados.

A nivel deportivo, Jordania no se hace ilusiones. Su equipo sub-17 tendrá problemas para rivalizar con equipos de mayor tradición. En una amistoso disputado la semana pasada cayó 7-0 ante Brasil, la gran referencia futbolística.

Pero a pesar de estos pronósticos las jugadores son optimistas.

Sarah Abu Sabbah, delantera centro de la selección y del Bayern Múnich, cree que el fútbol está "lleno de sorpresas".

"¿Quién hubiera imaginado que Alemania ganaría 7-1 a Brasil en su casa?", sugiere como ejemplo, sobre las semifinales del Mundial de Brasil 2014.

"Hemos preparado bien el torneo. Confío en nuestra capacidad para ganar. Jugar una Copa del Mundo es un sueño que persigo desde niña", añadió delante de sus padres, que acudieron al entrenamiento.

"Desde hace tres años traigo a mi hija a los entrenamientos. Le he pagado clases particulares para que recupere las que pierde en el instituto", dice Amjad al Fakhouri, padre de Zina.

"La he animado para que se convierta en una buena jugadora y rompa los estereotipos de nuestra sociedad oriental que rechaza ver a una chica en pantalones cortos que juega al fútbol", añade.

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