Así es Urdax, el Obelix vasco de 14 años: ¿el niño más fuerte del mundo?

  • Se llama Urdax Mangunazelaia y hace unos días levantó una piedra de 170 kilos con sólo 14 años. Su historia, sin embargo, viene de lejos: su fuerza sobrehumana comienza a ser un mito en Euskadi. ¿Estamos ante el niño más fuerte del mundo? Desde luego, su historia merece ser contada.
Urdax Mangunazelaia
Urdax Mangunazelaia
lainformacion.com
Quique Peinado

En marzo de 2009, el diario vasco 'Deia' bautizaba al joven Urdax Magunazelaia como 'El Pequeño Obélix'. Narraba el diario cómo, sin haber cumplido todavía los 12 años, el crío acababa de levantar, "con una facilidad pasmosa", una piedra de 105 kilos, batiendo el récord del legendario Aimar Irigoien, considerado hasta entonces el gran niño prodigio del levantamiento de piedra, que a esa edad se había quedado en 100. Urdax no paró: con 12 subió a 133. Con 13, a 140. Y su progresión es absolutamente imparable.

Mangunazelaia, nacido y criado en el pueblo vizcaíno de Abadiño (unos 7.000 habitantes, su vecino más célebre es el jugador del Athletic Ander Iturraspe), persigue la sombra de Irigoien, que hoy domina entre los harrijasotzailes vascos. Sus 170 kilos con 14 años y 86 días son el primer paso para asaltar los 177,5 kilos que levantó Irigoien con 14 años y 357 días. Por su evolución, parece evidente que lo va a superar.

Irigoien cuenta que con cuatro años, su abuelo le dio un trozo de madera de 15 kilos y lo levantó sin esfuerzo. Urdax ha hecho gestas parecidas. No existen en el mundo disciplinas que midan la fuerza a tan temprana edad como el levantamiento de piedra, así que el Obélix vasco puede convertirse en breve, oficiosamente, en el niño más fuerte del mundo.

Como el personaje de Uderzo y Goscinny, Urdax parece que de pequeño se cayó en una marmita que le da una fuerza irracional. Su entrenador, el ex harrijasotzaile Joxe Antonio Gisasola, 'Zelai', describía en 'Noticias de Gipuzkoa' los comienzos del crío en el deporte: "Empezó por su cuenta, con un primo que entrenaba conmigo, Xabier Agirre. Un día fuimos con mi hijo y mi sobrino a hacer una actuación a Galdakao, vino Urdax, que tenía nueve años, y me dijo: "Yo también levanto piedras". Lo vi morroskote, tipo como un polaco o un ruso. Estaba bastante animado. Me dijo que levantaba 50 kilos, y a raíz de eso empezó a venir. Levantó echando virutas la de 60 kilos, luego la de 70, la de 80".

El chico, por su parte, compatibiliza su vida normal con el sacrificio del deportista: "Lo que peor llevo es tener que dejar de jugar con mis amigos porque al día siguiente hay que madrugar para entrenar, pero durante los entrenamientos no me aburro", declaraba al diario 'Deia'.

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