La DFB indicó a la agencia de deportes alemana SID, filial de la AFP, que no abriría una investigación contra el portero suizo de 28 años.
El sábado, justo antes que el penal fuese lanzado, Hitz estropeó el piso de césped con los tacos de sus botas ante la mirada del árbitro, Daniel Siebert.
Algunos segundos más tarde, el delantero francés del Colonia, Anthony Modeste, vio cómo el portero detenía su lanzamiento desde los once metros (58).
El paraguayo Raúl Bobadilla puso en ventaja al Augsburgo en el minuto 64 mediante un golpe franco, lo que dio la victoria a los bávaros.
El portero suizo reconoció que se arrepentía de su gesto.
"No fue la acción más justa, debo admitirlo. No lo volveré a hacer más", aseguró. "Nunca había detenido un penal y pensé que debía desestabilizar algo al lanzador", añadió.
El antiguo seleccionador alemán Berti Vogts, que comentaba el partido para una cadena de televisión, sugirió que Hitz haga una donación de 50.000 euros a obras de caridad para compensar su actitud antideportiva.
"Es algo que nunca he visto en mi carrera", declaró. "Debería donar 50.000 euros a 'Un corazón para los niños'(una asociación caritativa alemana)".
El internacional austríaco del Colonia Philipp Hosiner juzgó la conducta antideportiva. "Es el tipo de cosas que haces cuando te juegas el descenso, pero no es excusa", estimó.
Incluso el entrenador del Augsburgo, Markus Weinzierl, se mostró poco comprensivo con la triquiñuela de su portero. "La forma en la que reacciona no es ni buena, ni inteligente, ni justa", declaró.
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