Combates en Siria recrudecen en tanto tiene lugar reunión clave en Nueva York

Los combates se reanudaron en Siria, en donde un bombardeo provocó la suspensión de los convoyes de ayuda humanitaria de la ONU al día siguiente del fin de la tregua por falta de un acuerdo entre Washington y Moscú.

En Nueva York, en el discurso de apertura de la Asamblea General de la ONU, el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, lanzó un nuevo llamado para "poner fin a los combates" en Siria y que comiencen las negociaciones.

Unas horas antes, la ONU se vio obligada a suspender el suministro de ayuda humanitaria por carretera luego de un mortífero ataque contra un convoy, el más grave desde que comenzó la guerra en 2011.

Bombardeos aéreos destruyeron al menos 18 de 31 vehículos que entregaban alimentos y medicamentos a los habitantes de Orum al Kubra, una ciudad del norte del país. Veinte civiles y un responsable de la Media Luna Roja siria murieron, según la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).

"Es un día muy, muy triste para los humanitarios en Siria y en el mundo", declaró en Ginebra el portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés), Jens Laerke.

"Si se demuestra que este despiadado ataque tuvo como objetivo deliberado" un convoy humanitario, "entonces ello equivale a un crimen de guerra", declaró Stephen O'Brien, jefe de las operaciones humanitarias de la ONU.

Ésta no indicó la nacionalidad de los aviones que llevaron a cabo el ataque, pero el régimen sirio y su aliado ruso negaron con vehemencia este martes cualquier participación.

"Ni la aviación rusa ni la siria llevaron a cabo ningún ataque aéreo contra un convoy humanitario de la ONU en el suroeste de Alepo", declaró el general Igor Konachenkov, portavoz del ministerio de Defensa. Según Konachenkov no se trata de un ataque aéreo.

Para Rusia, la destrucción de los camiones coincidió con una importante ofensiva de los rebeldes, que no disponen de una aviación de guerra, cuyo objetivo es Alepo.

Sin acusar directamente a Moscú, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, dijo que "Estados Unidos está escandalizado" por la actitud de Rusia, aliada del régimen de Damasco.

"El régimen sirio y la Federación Rusa conocían el destino de ese convoy", dijo Kirby.

En el resto del país, desde Alepo hasta los suburbios de Damasco, los habitantes conviven nuevamente con los bombardeos diurnos y nocturnos. Muchos se quedaron en sus hogares luego de disfrutar durante una semana de una frágil tregua.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos 27 barriles de explosivos fueron lanzados sobre Alepo la mañana del martes. En la ciudad y en la provincia, al menos 39 civiles murieron desde el anunio del ejército sirio de que la tregua había finalizado.

En Nueva York, la crítica situación en Siria era el centro de interés de una reunión del grupo de apoyo a Siria, que reúne a 23 países y organizaciones internacionales, presidido por Estados Unidos y Rusia.

Al término de la reunión, y luego de un encuentro bilateral con el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, aseguró en breves declaraciones a la prensa que el acuerdo del cese el fuego en Siria "no está muerto" y que las conversaciones continuarán en esta semana.

Washington quiere creer que no todo está perdido. Poco antes, Kerry había insistido en que lo más importante era que Moscú, que firmó el acuerdo de tregua, "controle (al presidente sirio Bashar) al Asad".

Pero, para Moscú, la posibilidad de reanudar la tregua es "muy débil", dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Para Moscú, las condiciones para reanudar la tregua "son muy simples": "los terroristas deben dejar de atacar al ejército sirio", precisó.

Este enésimo intento por lograr el fin de los combates e iniciar negociaciones de paz en Siria, luego de cinco años de guerra, no había despertado grandes expectativas.

La oposición y los grupos rebeldes no habían dado su acuerdo ya que faltaban, según ellos, garantías sobre su respeto por parte del régimen.

El conflicto en Siria ha provocado la muerte de más de 300.000 personas, según el OSDH, y obligó a millones a huir de sus hogares. La cantidad de refugiados ha saturado la capacidad de acogida de los países vecinos, así como en Europa.

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