Gobierno de Israel quiere aplazar la destrucción de una colonia muy controvertida

El gobierno israelí solicitará a la justicia un plazo de seis meses para destruir una colonia salvaje de la Cisjordania ocupada, un asunto delicado de difícil solución para el primer ministro, Benjamin Netanyahu, informaron el jueves medios israelíes.

La colonia en cuestión es la de Amona, donde viven entre 200 y 300 israelíes, al noreste de Ramala, en territorio palestino ocupado. Se trata de una colonia salvaje, es decir, ilegal tanto a nivel internacional como a nivel nacional.

La Corte Suprema israelí decidió que Amona, construida en los años 1990, fue erigida en tierras privadas palestinas y que tenía que ser destruida antes del 25 de diciembre de 2016.

Sin embargo, Netanyahu y sus ministros de Educación, Naftali Benett, y de Justicia, Ayelet Shaked, líderes del partido procolonos Hogar Judío, se reunieron el jueves para solicitar a la Corte Suprema que aplace seis meses la demolición, informaron varios diarios.

El gobierno no confirmó la información. Los medios citaron fuentes del gobierno que negaban que el acuerdo sea fruto de presiones ejercidas por Hogar Judío, tal y como informaron fuentes del propio partido.

La comunidad internacional considera la instalación de casi 600.000 colonos judíos israelíes en los territorios palestinos ocupados y la colonización como un obstáculo importante a la solución de un conflicto que dura casi 70 años, algo que el gobierno israelí niega.

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