MÁS DE 24 MILLONES DE NIÑOS CORREN PELIGRO POR LA VIOLENCIA EN ORIENTE MEDIO Y EL NORTE DE ÁFRICA

- Según Unicef. La violencia y los conflictos en Oriente Medio y el norte de África ponen en peligro la salud de 24 millones de niños, concretamente en Yemen, Siria, Gaza, Iraq, Libia y Sudán, donde los daños que sufren las infraestructuras sanitarias privan a los menores de atención médica esencial, según alertó este miércoles el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esta agencia de la ONU apuntó en un comunicado que los servicios de agua y saneamiento se ven comprometidos por los conflictos en esa región del planeta, lo que provoca la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, en tanto que no hay atención médica preventiva ni alimentos nutritivos suficientes para satisfacer las necesidades de los niños.
"La violencia está paralizando los sistemas de salud de los países afectados por conflictos y amenaza la supervivencia de los niños", comentó Geert Cappelaere, director regional de Unicef para Oriente Medio y Norte de África, antes de añadir: "Más allá de las bombas, las balas y las explosiones, muchos niños se están muriendo en silencio de enfermedades fácilmente prevenibles que podrían ser tratadas".
Yemen cuenta con 9,6 millones de niños en situación de necesidad más de dos años después de iniciarse el actual conflicto entre una coalición internacional liderada por Arabia Saudí y los rebeldes hutíes, que ha sumido al país en una de las peores crisis humanitarias del mundo y con una grave y generalizada desnutrición aguda entre los menores, miuentras las fuentes de agua contaminada, las aguas residuales no tratadas y la basura que no se recoge han provocado un brote de cólera al que se achacan 323 muertes en el último mes.
La guerra de Siria afecta a 5,8 millones de niños, de los que más de dos millones viven bajo asedio y en áreas de difícil acceso con poca o ninguna ahuda humanitaria, muchos no están vacunados y los ataques contra hospitales y otros centros de salud se han convertido en algo común.
IRAQ, SUDÁN, GAZA Y LIBIA
En Iraq hay 5,1 millones de niños en situación de necesidad, según Unicef, que añadió que el uso generalizado de agua potable insegura, junto a la acumulación de desechos sólidos en Mosul y alrededores, expone a los menores al riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua. Además, cerca de 85.000 están atrapados en el oeste de Mosul, aislados de la ayuda humanitaria durante los últimos siete meses y con acceso limitado a atención médica.
Sudán cuenta con 2,3 millones de niños necesitados. En sólo ocho meses se han registrado más de 8.000 casos de diarrea acuosa aguda en las zonas afectadas por el conflicto, incluidas las que albergan un gran número de refugiados procedentes del Sudán del Sur.
La franja de Gaza tiene millón de niños en situación de necesidad. Desde que la principal central eléctrica dejó de funcionar el 16 de abril, los cortes de electricidad han reducido el suministro de agua a 40 litros por persona y día, menos de la mitad del estándar mínimo internacional; las plantas depuradoras de aguas residuales vierten diariamente 100.000 metros cúbicos al mar, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, y 14 hospitales públicos funcionan solamente para servicios críticos.
Y en Libia hay 450.000 niños necesitados. Desde que estalló el conflicto en 2011, los programas de inmunización han tenido que hacer frente a numerosos obstáculos y se han reportado casos sospechosos de sarampión entre la población infantil más jóven. Unicef alertó de que sin más fondo, será imposible vacunar a más de 1,3 millones de menores contra el sarampión o la rubeola, lo que les deja a merced de enfermedades altamente contagiosas y potencialmente mortales.
Por ello, Unicef hizo un llamamiento para que se dé prioridad a las necesidades de los niños en estos países y territorios con el acceso incondicional y continuado a todos los menores para que los organismos humanitarios proporcionen ayuda y otros suministros; las partes en conflicto acaben con los ataques contra infraestructuras humanitarias y civiles, y haya financiación urgente para salud, nutrición y agua y saneamiento.

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