ONU: Colombia celebra la paz, Brasil corteja inversores y aumenta tensión por Siria

Colombia expuso este miércoles en la Asamblea General de la ONU un ovacionado acuerdo de paz que contrastó con las crecientes tensiones diplomáticas entre Rusia y Estados Unidos por el irrefrenable conflicto sirio.

También este miércoles, Brasil dedicó la jornada a cortejar a los inversores estadounidenses, a quienes garantizó la estabilidad política y económica de un país que aún se agita tras una grave crisis institucional.

Al comenzar la jornada, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, entregó al Consejo de Seguridad de la ONU una carpeta, envuelta en la bandera colombiana, que contiene los términos del acuerdo de paz con la guerrilla marxista de las FARC.

Poco después, Santos dijo en el pleno de la asamblea que el mundo tiene "una guerra menos" y que el continente americano se convirtió "en una zona de paz".

"Estamos pasando la página de la guerra para comenzar a escribir el capítulo de la paz", dijo el mandatario en un emotivo discurso que fue felicitado por el presidente estadounidense, Barack Obama.

"No puedo estar más de acuerdo con estos esfuerzos", declaró Obama. "Hay muchos desafíos en su implementación, pero pienso que es un logro de proporciones históricas".

Pero eran mucho más sombrías las negociaciones diplomáticas sobre el conflicto sirio, que en cinco años ya deja 300.000 muertos y ha generado un éxodo de 4,8 millones de personas en busca de refugio.

La reunión de este miércoles en el Consejo de Seguridad estuvo marcada por la tensión entre Estados Unidos y Rusia, en especial porque Washington responsabiliza a Moscú por el ataque a un convoy de ayuda humanitaria, ya que sus aviones operaban en la zona.

Sin embargo, la diplomacia rusa condenó estas acusaciones "sin fundamento y precipitadas" y señaló que en el lugar había un dron estadounidense, cosa que el Pentágono negó inmediatamente.

La ciudad de Alepo volvió a ser golpeada por intensos bombardeos este miércoles tras el colapso el lunes de la endeble tregua negociada por Washington y Moscú hace una semana.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expuso de forma brutal la gravedad de la situación: "La tragedia siria nos avergüenza a todos", dijo, a causa del "fracaso colectivo de la comunidad internacional" en contribuir a una salida a la catástrofe.

En un discurso a todas luces tenso, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, dijo este miércoles que al escuchar el análisis de su homólogo ruso, Sergei Lavrov, tenía la impresión de que éste estaba en un "universo paralelo".

Lavrov, por su parte, sugirió serenamente que había llegado el momento de "evitar reacciones emocionales".

Mientras tanto, en un hotel en Manhattan, el presidente brasileño Michel Temer buscaba convencer a los inversores internacionales de que pondrá a Brasil en la ruta del crecimiento, después de que el país cerró 2015 con una recesión de 3,8%.

"Los invitamos a participar en esta nueva fase" e invertir en un mercado de 200 millones de habitantes, dijo Temer en un almuerzo con ejecutivos, que estuvo ensombrecido por la protesta de un centenar de brasileños a las puertas del edificio.

"Vinimos a denunciarlo mientras él está vendiendo al país. Fue un golpe de estado", dijo a la AFP una de las manifestantes, Gabriele De Souza, una cocinera carioca de 42 años.

El conservador Temer asumió el mando el 31 de agosto cuando su antecesora, la izquierdista Dilma Rousseff, fue destituida en un episodio de cuestionada legitimidad.

"No hay duda de que iba a haber oposición", dijo Temer a periodistas. Pero "basta leer la Constitución brasileña para verificar que es un gobierno legítimo".

El analista Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, dijo a la AFP que "la respuesta de los inversores dependerá de la capacidad de Temer de navegar a través de la actual crisis política, de recuperar el impulso de la economía, dominar la inflación y reducir el déficit fiscal".

En una reunión paralela, 31 países ratificaron el histórico acuerdo de París sobre el cambio climático, lo que aumenta a 60 las naciones que se suman al tratado.

No obstante, este grupo representa menos del 48% de las emisiones totales, según datos de la ONU.

Para que el acuerdo entre en vigor, deben ratificarlo al menos 55 países responsables del 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Pero Ban Ki-moon se mostró confiado en que se alcanzará el umbral necesario.

"Me alegra declarar que hemos cruzado oficialmente uno de los dos umbrales requeridos para implementar el acuerdo del clima de París", dijo el secretario general.

El acuerdo pretende limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2º C con respecto al nivel preindustrial.

lm/cd

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