ONU envía emisario a Damasco alarmada por bombardeos en Alepo

El emisario de la ONU para Siria llegó este domingo a Damasco para reunirse con el miembros del gobierno, que sigue bombardeando intensamente los barrios rebeldes de Alepo, donde murieron más de 100 personas en una semana.

Staffan de Mistura se entrevistará entre otros con el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem.

La ONU se declaró el sábado "extremadamente triste y horrorizada por la reciente espiral de violencia en varias regiones de Siria" y llamó "a todas las partes a detener los ataques indiscriminados contra los civiles y las infraestructuras civiles".

La demanda se refiere en especial a Alepo, donde el régimen de Bashar Al Asad lleva a cabo bombardeos de una intensidad brutal contra los barrios rebeldes de la ciudad, en la que más de 250.000 personas sufren asedio desde hace cuatro meses.

Las tropas de Asad, se han propuesto recuperar a cualquier precio la parte este de Alepo, en manos de los rebeldes desde 2012. El régimen controla en cambio el oeste de esta ciudad con un rico pasado histórico.

Los contra esta ciudad, reanudados el martes, mataron desde entonces a 103 personas, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), y obligaron a las escuelas y hospitales a cerrar sus puertas.

Además, diez personas, entre ellas siete niños, murieron este domingo por disparos rebeldes en los barrios gubernamentales de Alepo-Oeste, informó la televisión de Estado.

Un corresponsal de la AFP constató el domingo por la mañana que las calles de Alepo-Este estaban desiertas, y solamente transitadas por ambulancias y socorristas, en medio de las ruinas en las que la guerra ha convertido a esta ciudad.

Las escasas estructuras capaces de proporcionar cuidados médicos han sido afectadas por los últimos bombardeos. Médicos sin Fronteras (MSF) denunció el sábado un "día negro para Alepo-Este".

Los equipos médicos se vieron obligados a evacuar el último hospital pediátrico, llevándose urgentemente a los recién nacidos a lugares más seguros.

Entre los civiles muertos en la noche del sábado al domingo figuran una pareja y sus cuatro hijos, muertos por el estallido de un barril de explosivos, según el OSDH. Los militantes hicieron circular videos en los que se ve a los cuatro niños sin vida, echados en el suelo.

La violencia de los bombardeos obligó a los colegios de Alepo-Este a suspender el sábado y el domingo sus clases para preservar "la seguridad de alumnos y profesores, tras los bárbaros bombardeos", según esos centros.

Estados Unidos condenó el sábado "en sus más enérgicos términos estos horribles ataques contra infraestructura médica y trabajadores humanitarios" y advirtió que "no hay excusa para estas abominables acciones", según declaró en Lima la consejera estadounidense para la seguridad nacional, Susan Rice.

"El régimen sirio y sus aliados, Rusia en particular, deben asumir la responsabilidad por las consecuencias inmediatas y a largo plazo que estas acciones han causado en Siria y más allá", añadió Rice.

Rusia, que interviene en Siria desde hace un año para apoyar al régimen, no participa en los bombardeos actuales contra Alepo-Este y concentra sus bombardeos desde el martes en la vecina provincia de Idleb (noroeste), controlada por una alianza de rebeldes y yihadistas.

Pero tanto Moscú como Damasco esperan retomar toda la ciudad de Alepo antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el próximo 20 de enero.

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