El Gobierno ruso ha respondido así después de que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos asegurara el lunes que seis civiles, incluidos una mujer y un niño, habían muerto en la provincia de Idlib por los ataques de la Fuerza Aérea rusa.
También el lunes, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, criticó a Rusia por el mismo motivo y aseguró que el último bombardeo ruso en Idlib había acabado con la vida de varios civiles y de rebeldes moderados. Además, afirmó que abordará este tema con el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando visite esta semana Turquía.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general de División Igor Konashenkov, ha afirmado en un comunicado que las Fuerzas Aéreas de Rusia y de Siria no han bombardeado zonas residenciales y ha acusado al Observatorio Sirio para los Derechos Humanos de haber inventado sus acusaciones por sus simpatías con los milicianos islamistas.
"En las últimas 24 horas, tras el reconocimiento con drones y la confirmación por otros canales, los aviones rusos alcanzaron diez objetivos terroristas en la provincia de Idlib", ha afirmado el general Konashenkov.
"Eran bases de milicianos, almacenes de munición, vehículos blindados, sistemas de cohetes y talleres preparando 'todoterrenos yihadistas' que fueron localizados a mucha distancia de zonas residenciales", ha asegurado el portavoz del Ministerio de Defensa ruso.
El general ha asegurado que los objetivos alcanzados habían participado en una ofensiva la semana pasada que llegó a rodear a 29 policías militares rusos que tuvieron que recibir apoyo aéreo y de fuerzas especiales para salvarse de esa situación.
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