Talibanes afganos confirman muerte de su líder en un ataque de EEUU en Pakistán

El líder de los talibanes afganos, el mulá Akhtar Mansur, murió en un ataque aéreo estadounidense en Pakistán, anunciaron este domingo los servicios afganos de inteligencia, lo que fue confirmado más tarde por los talibanes.

"Puedo decir, en base a una fuente segura, que el mulá Mansur ya no está en este mundo", indicó a la AFP un dirigente talibán.

Otros dos altos mandos de este movimiento islamista armado confirmaron la información y añadieron que los dirigentes talibanes mantienen una reunión en la ciudad paquistaní de Quetta (suroeste) para designar a un nuevo jefe.

Según uno de estos dirigentes, entre los candidatos estaría el mulá Qayum Zakir, que recientemente se unió al movimiento dirigido por el mulá Mansur; el mulá Shereen, miembro del consejo central de los talibanes; así como el jefe de filas de la red Haqqani y adjunto del difunto dirigente, Siraj Haqqani.

Otro dirigente también estimó que Siraj Haqqani formaba parte de los favoritos, citando igualmente como candidato al mulá Abdul Ghani Baradar. Ambos están considerados como cercanos a Pakistán.

La muerte del mulá Mansur asesta un fuerte golpe al movimiento islamista, enfrentado a una dispersión de sus tropas, de las que algunos han desertado para unirse a las filas del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El molá Mansur, a la cabeza de los talibanes desde el verano pasado, tras la muerte del fundador del grupo, el mulá Omar, "murió ayer en un ataque de drones (...) en Baluchistán", una provincia al suroeste de Pakistán, habían indicado los servicios de inteligencia afganos. "Se le vigilaba desde hacía tiempo".

Un miembro de la "Shura de Quetta", el Consejo de Dirección de los talibanes afganos, contó a la AFP que no conseguía contactar al mulá Mansur desde el sábado por la noche. "No sabemos si le ha pasado algo grave o si apagó su teléfono móvil por miedo a un ataque".

El bombardeo se llevó a cabo con varios drones de las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán, en una zona apartada "en el suroeste de la ciudad de Ahmad Wal", según un responsable norteamericano. Según esta misma fuente, el jefe talibán murió "probablemente" en el ataque, autorizado por el presidente Barack Obama.

Washington informó del ataque a Islamabad y Kabul una vez terminado, según un alto responsable de la Casa Blanca.

El ataque aéreo "destruyó totalmente" el coche en el que circulaban dos individuos, cuyos restos son "irreconocibles", indicó a la AFP un responsable de los servicios de seguridad pakistaníes. Los dos cadáveres fueron trasladados a un hospital de Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, precisó otro responsable.

El secretario de Estado John Kerry, de viaje a Naypyidaw, la capital birmana, explicó que el mulá Mansur era un objetivo porque representaba "una amenaza inminente para el personal norteamericano, los civiles afganos y las fuerzas de seguridad afganas".

Pakistán denunció este domingo el ataque, calificándolo de "violación" de su soberanía.

"El primer ministro y el jefe del Estado Mayor fueron informados [por Estados Unidos] después que el ataque de dron tuviera lugar", precisó el comunicado.

La cancillería paquistaní añadió que, durante una reunión internacional organizada el miércoles para reactivar el proceso de paz afgano, representantes de Pakistán, Afganistán, Estados Unidos y China coincidieron en que "un acuerdo negociado era la única opción viable para una paz duradera en Afganistán".

La designación del mulá Mansur provocó fuertes desacuerdos internos en el movimiento. Algunos jefes, armas en mano, se separaron y se opusieron a su facción. Otros se unieron a las filas del grupo EI.

Este ataque ocurre cuando los talibanes tienen sometido al gobierno afgano a una dura prueba, con múltiples atentados en los últimos meses.

Durante el último gran ataque, en abril, 64 personas murieron en un atentado suicida perpetrado contra un edificio de los servicios de inteligencia en Kabul. En el ámbito militar, en otoño, consiguieron tomar la gran ciudad de Kunduz, en el norte de Afganistán.

Bajo la dirección del mulá Mansur, los talibanes afganos se mostraron reacios a la reanudación de las conversaciones de paz con Kabul iniciadas el verano pasado y suspendidas tras el anuncio de la muerte del mulá Omar, el fundador del movimiento.

"El mulá Mansur era un obstáculo para la paz y la reconciliación entre el gobierno de Afganistán y los talibanes, al prohibir a los dirigente talibanes participar en las conversaciones de paz", explicó el portavoz del Pentágono, Peter Cook.

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