Vuelve la hambruna

  • La situación de necesidad alimentaria en el mundo no tiene precedentes, y la mano del hombre está detrás en la mayoría de los casos La noticia nos llegaba el lunes: acaba de declararse en Sudán del Sur la primera alerta mundial de hambruna de los últimos seis años. 100.000 personas morirán de inanición si no hacemos algo por ellas ya. Otro millón podría correr muy pronto la misma suerte. La guerra civil en el país más joven del mundo ha provocado desplazamiento, hecatombe económica, abandono de las cosechas y de otros medios de vida, y un nivel de inseguridad que dificulta el acceso humanitario y la distribución de ayuda.
Vuelve la hambruna
Vuelve la hambruna
Por María José Agejas, portavoz de Oxfam Intermón
Por María José Agejas, portavoz de Oxfam Intermón

La situación de necesidad alimentaria en el mundo no tiene precedentes, y la mano del hombre está detrás en la mayoría de los casos

La noticia nos llegaba el lunes: acaba de declararse en Sudán del Sur la primera alerta mundial de hambruna de los últimos seis años. 100.000 personas morirán de inanición si no hacemos algo por ellas ya. Otro millón podría correr muy pronto la misma suerte. La guerra civil en el país más joven del mundo ha provocado desplazamiento, hecatombe económica, abandono de las cosechas y de otros medios de vida, y un nivel de inseguridad que dificulta el acceso humanitario y la distribución de ayuda.

La hambruna es un término que la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define así: "carencia grave de alimentos, que casi siempre afecta un área geográfica grande o un grupo significativo de personas. La consecuencia, generalmente, es la muerte por inanición de la población afectada, precedida por una grave desnutrición o malnutrición".

Y ¿cómo se muere una persona de inanición? Primero se pierde peso, la piel se seca, se sufren edemas, anemia e hinchazón, además de trastornos psicológicos y mentales, y otra decena más de dolorosas consecuencias, como úlceras en la boca o sensación de quemazón en los pies. Las víctimas de la hambruna suelen morir de diarrea persistente, colapso vascular o insuficiencia cardiaca, si antes no se les ha llevado una infección como la neumonía o la tuberculosis.

Técnicamente la hambruna se declara cuando se dan las siguientes condiciones: más del 30% de niños con desnutrición aguda, más de dos fallecidos diarios por cada 10.000 habitantes y más del 20% de la población sin acceso a alimentos y otros bienes básicos.

NIGERIA, YEMEN Y SOMALIA

Esos indicadores no son fáciles de obtener en zonas como el noreste de Nigeria, donde se estima que 400.000 personas podrían estar muriéndose de hambre, aunque no haya datos para demostrarlo. En su caso se trata, al igual que en Sudán del Sur, de una tragedia provocada por la mano del hombre: el conflicto de Boko Haram que afecta a Nigeria pero también a Níger, Chad y Camerún. En los cuatro países hay un total de 7,1 millones de personas pasando hambre.

También la perversión humana está detrás de los otros dos escenarios en los que ahora mismo la hambruna amenaza: Yemen y Somalia. Yemen es ahora mismo el país del mundo con más alto porcentaje de la población en estado de necesidad: el 70% necesita ayuda y hay siete millones (el 25% de la población) al borde de la hambruna.

Qué decir de Somalia, a un paso de entrar en una situación sólo definible como catastrófica: conflicto, epidemias, falta de estructuras sanitarias y ahora una sequía que tiene a 3 millones de personas a un paso de la hambruna. 71.000 niños podrían morir. Fue en Somalia donde se declaró la última hambruna, en el 2011, como resultado de la cual murieron 260.000 personas.

Cada año, en cada conferencia de donantes, en cada foro, las organizaciones no gubernamentales y las agencias de la ONU se desgañitan con escaso éxito alertando de que en algún lugar del mundo algo grave puede evitarse. Cada año innumerables esfuerzos para acabar con los conflictos chocan con intereses superiores (superiores porque triunfan) como los de la industria del armamento.

Y España no es ajena a esos intereses superiores: somos el séptimo país que más armas exporta del mundo (un 3% del volumen global). Oxfam, Amnistía Internacional, Greenpeace y Fundipau sostienen desde hace una década la campaña Armas Bajo Control para que nuestra industria no sea cómplice de los conflictos y del hambre que estos dejan a su paso.

20 MILLONES DE PERSONAS AMENAZADAS

En total, según denunciaba esta semana el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, son 20 los millones de personas amenazadas de muerte por el hambre en Sudán del Sur, Yemen, Somalia y Nigeria. No creo que haga falta decir que es casi la mitad de la población de España para lograr que empaticemos con la desgracia de estas personas.

La Red de Sistemas de Alerta Temprana (Fews Net) maneja datos que confirman que estamos ante una situación de necesidad alimentaria sin precedentes por una combinación de tres factores: conflictos persistentes, inestabilidad económica y graves sequías. La red vaticina que 70 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria en 2017.

Como ha dicho desde Yuba, la capital sursudanesa, la responsable humanitaria de Oxfam, Emma Jena Drew, "tras la hambruna que golpeó Somalia en el 2011 el mundo dijo "nunca más". La declaración del estado de hambruna en Sudán del Sur refleja el fracaso colectivo". Serán los muertos que pudimos evitar.

Mostrar comentarios