Washington y Moscú al borde de la ruptura, Rusia continúa la guerra en Siria

El secretario de Estado John Kerry amenazó nuevamente el jueves a Rusia con romper el diálogo entablado para detener el conflicto en Siria, pero Moscú replicó que no tiene intención de interrumpir sus ataques, pese a la catástrofe humanitaria en Alepo.

"Creo que estamos a punto de suspender las discusiones porque, ustedes saben, eso es irracional en el contexto de la clase de bombardeos que tienen lugar, estar sentados allá tratando de tomar las cosas seriamente", dijo Kerry durante una conferencia en Washington.

La respuesta de Moscú no se hizo esperar y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, anunció que la aviación rusa proseguirá "su operación de apoyo a la lucha antiterrorista de las fuerzas armadas sirias".

Por su lado, el presidente estadounidense Barack Obama y la canciller alemana Angela Merkel condenaron firmemente este jueves los ataques aéreos llevados a cabo por las fuerzas armadas rusas y sirias sobre el este de Alepo.

"El presidente y la canciller han condenado fuertemente los ataques aéreos bárbaros de los rusos y del régimen sirio sobre el este de Alepo, una zona donde habitan centenares de miles de civiles, la mitad de los cuales son niños", señaló la Casa Blanca en un comunicado luego de una conversación telefónica entre ambos líderes.

Alepo enfrenta" la más grave crisis humanitaria que se haya visto en Siria" en cinco años y medio de guerra, se indignó este jueves el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien.

El este de la ciudad ha caído en "el despiadado abismo de una catástrofe humanitaria como jamás se ha visto en Siria", dijo O'Brien ante el Consejo de Seguridad de la ONU, y agregó que el sistema de salud en la parte sitiada de Alepo "está a punto de colapsar por completo".

Más de 100.000 niños atrapados en las zonas bombardeadas sin descanso, incluido un centenar que murió en los ataques, "están entre los más vulnerables, los primeros en sufrir y los que sufren más", añadió el funcionario.

Debido al cerco impuesto a la parte rebelde de Alepo, en el este de la ciudad, "la comida sigue siendo difícil de conseguir", con raciones disponibles para alimentar a apenas 40.000 personas durante un mes, indicó O'Brien.

El agua también comienza a escasear y esperamos un "aumento dramático e inminente" de las enfermedades, detalló.

"Un día, no habrá un lugar donde esconderse para los individuos y las instituciones que, de forma cínica y sin piedad, cometen estos crímenes de guerra", afirmó el funcionario de la ONU.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se vio obligado a reconocer por su parte que las negociaciones de paz son "difíciles" de organizar "cuando caen bombas por todas partes".

Alepo, ciudad clave del conflicto, dividida entre los barrios rebeldes y las zonas bajo control gubernamental (oeste), es blanco de intensos ataques aéreos de la aviación rusa y siria desde el fracaso de la tregua negociada el 9 de septiembre por Moscú y Washington.

Desde las capitales occidentales se dio a entender que los bombardeos del régimen y de su aliado ruso podrían asimilarse a "crímenes de guerra".

El Kremlin dijo estar dispuesto a seguir cooperando con Washington "para la aplicación de los acuerdos" de alto el fuego y para "aumentar la eficacia de la lucha contra el terrorismo en Siria".

"Pero Moscú también espera que las obligaciones que Washington aceptó asumir sean respetadas. Hasta el momento no lo han sido", insistió el portavoz del Kremlin.

Rusia exige que Estados Unidos presione a los rebeldes sirios para que se distancien de los grupos yihadistas más radicales, en particular del Frente Fateh al Sham, exFrente al Nosra, la rama siria de Al Qaida.

Los dos principales hospitales del este de Alepo quedaron fuera de servicio el miércoles, uno a causa de una ataque aéreo y otro por disparos de artillería, según la Syrian American Medical Society (SAMS), una ONG médica con sede en Estados Unidos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó esos ataques como un "crimen de guerra".

En esta zona del este de la ciudad, "centenares" de personas necesitan ser evacuadas por cuestiones médicas, alertó este jueves Ramzy Ezzeldin Ramzy, el enviado adjunto de la ONU para Siria. Unos 600 heridos no podían actualmente recibir tratamiento por falta de personal médico y de material adecuado, se lamentó.

Según Ramzy, quedaban pocos suministros médicos y sólo seguían ejerciendo 35 médicos en el este de Alepo, donde vive una población estimada en 250.000 personas.

La guerra en Siria ha dejado más de 300.000 muertos en cinco años y medio y provocado la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.

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