ESPAÑA CONDENA LOS ATAQUES A LA MINORÍA ROHINGYA EN MYANMAR Y PIDE A AUNG SAN SUU KYI QUE AUSPICIE UN CESE DE LA VIOLENCIA

El Gobierno español condenó este martes los actos de violencia y las “terribles violaciones” de derechos humanos cometidos contra la población rohingya y reclamó a la consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi, que materialice su compromiso con los derechos humanos, el Estado de Derecho y la “paz duradera” en su país auspiciando un “cese inmediato de la violencia”.
Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno pidió una “intervención urgente” para acabar con los ataques a la minoría rohingya y, de este modo, permitir el acceso al estado de Rakáin “sin restricciones” a los trabajadores y agencias humanitarias.
El Ejecutivo destacó que en los últimos años Myanmar ha hecho “grandes progresos” en su transición hacia la democracia. Por esa razón, el Gobierno mostró su esperanza en que el compromiso expresado por Aung San Suu Kyi con los derechos humanos, el Estado de derecho y la “paz duradera” se refleje en un “cese inmediato” de la violencia y la adopción de medidas urgentes para facilitar el retorno seguro de los refugiados y desplazados.
También confió en que se ponga en marcha un “programa de actuaciones necesarias” para acabar con el conflicto, siguiendo lo establecido en las recomendaciones emitidas por la Comisión Asesora para Rakáin.
Los rohingya constituyen una minoría musulmana de Myanmar que no es reconocida por las autoridades de ese país, de mayoría budista, como una de sus 135 etnias oficiales. Viven en el estado de Rakáin, limítrofe con Bangladesh.
Desde 1982 no cuentan con la ciudadanía de Myanmar, lo que les priva de los derechos más básicos. Desde el pasado 25 de agosto, cuando rebeldes del Ejército de Salvación Rohyngya de Arakan atacaron cuarteles y militares y policías birmanos, son masacrados en lo que el Gobierno del país considera una campaña contra “fuerzas terroristas”.

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