Suu Kyi promete un Estado federal en Birmania tras las conversaciones de paz

La premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi prometió el miércoles transformar Birmania en un Estado federal cuando se hayan firmado los acuerdos de paz con varios grupos étnicos, que la líder birmana consiguió reunir en unas negociaciones sin precedentes.

"Un acuerdo sobre el alto el fuego será la primera etapa hacia la paz, pero también hacia el establecimiento de la federación que esperamos desde hace tiempo", afirmó Aung San Suu Kyi, que acumula las funciones de ministra de Relaciones Exteriores y consejera especial del Estado, y es de facto la jefa de gobierno.

Suu Kyi, en el poder desde las elecciones celebradas a finales de 2015, tiene como prioridad poner fin a las guerrillas de distintos grupos étnicos y crear un Estado federal.

Numerosos conflictos étnicos asolan Birmania desde su independencia del imperio británico en 1948. Muchas minorías étnicas tomaron las armas para conseguir más autonomía frente a un gobierno que las ignoraba.

"Mientras no seamos capaces de alcanzar la reconciliación y la unidad nacional, no podremos establecer una federación en paz", indicó sin dar más detalles sobre la futura federación, que tiene el objetivo dar más autonomía a las regiones rebeldes.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que participa en las negociaciones, declaró que se trataba de una reunión "histórica" para el país, en plena transición democrática.

"La larga guerra civil se saldó con numerosas vidas y robó la dignidad, la tranquilidad y la normalidad de varias generaciones sucesivas", declaró en un discurso a los delegados, añadiendo que "ahora está claro que la solución no es militar".

Aung San Suu Kyi exhortó a los grupos rebeldes reacios a firmar el anterior acuerdo de paz, muy criticado, con el precedente gobierno de transición, a unirse al movimiento.

"Solo si nuestro país está en paz podremos estar en igualdad con los otros países de la región y del mundo", insistió.

Birmania está en pleno desarrollo económico tras décadas de gobierno militar pero las regiones rebeldes del norte y el este del país, donde hay abundantes recursos naturales, siguen fuera del control del poder central.

Cerca de 700 representantes de estos grupos rebeldes aceptaron acudir este miércoles a Naypyidaw, la capital administrativa del país, para unas negociaciones que se alargarán hasta el próximo fin de semana. Dentro de seis meses ya hay prevista una nueva ronda de diálogo.

Numerosos participantes expresaron sin embargo sus pocas esperanzas a que estas primeras negociaciones logren llegar a un acuerdo.

En total, 17 grupos rebeldes acudieron a los encuentros del miércoles, pero varios grupos destacados, como los Kachin y los Shan, se negaron a participar en las conversaciones.

Los rebeldes acusaron al ejército de haber lanzado el martes ataques en las regiones de Shan y de Kachin, considerándolo un obstáculo para el diálogo al mismo tiempo que el gobierno esperaba estabilizar la situación antes de la conferencia de paz.

En cambio, Khua Uk Lian, representante del Frente Nacional Chin, aceptó participar en las negociaciones, aunque su grupo no ha firmado todavía el acuerdo de paz del anterior gobierno.

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