AMNISTÍA REVELA QUE UNA BOMBA ESTADOUNIDENSE MATÓ A NIÑOS EN AGOSTO EN YEMEN

Amnistía Internacional reveló este viernes que la bomba que destruyó el pasado mes de agosto un edificio residencial en Saná (capital de Yemen) y que mató a 16 civiles e hirió a otros 17, entre ellos Buthaina, de cinco años y cuya fotografía se hizo viral tras el ataque, estaba fabricada en Estados Unidos.
El conflicto en Yemen se recrudeció después de que una coalición internacional liderada por Arabia Saudí lanzara el 25 de marzo de 2015 los primeros bombardeos contra los rebeldes hutíes (chiíes aliados de Irán y partidarios del expresidente Ali Abdalá Saleh).
Un experto en armas de Amnistía Internacional que analizó los restos de la bomba encontró marcas claras que coincidían con piezas de fabricación estadounidense utilizadas habitualmente en bombas aéreas guiadas por láser.
El ataque aéreo de la madrugada del pasado 25 de agosto alcanzó un grupo de casas en Faj Attan, una zona residencial de Saná, causó graves daños en tres de ellas y mató a siete menores, entre ellos los cinco hermanos de Buthaina. Otros ocho niños resultaron heridos, entre ellos Sam Bassim al-Hamdani, de dos años, que perdió a sus padres.
La coalición encabezada por Arabia Saudí ha admitido haber lanzado el devastador ataque, pero ha afirmado que las víctimas civiles fueron consecuencia de un “error técnico”. La coalición señala que atacó un “objetivo militar legítimo”, que pertenecía a las fuerzas hutíes y partidarios de Saleh.
“Podemos ya afirmar de forma concluyente que la bomba que mató a los padres y hermanos de Buthaina y a otros civiles se fabricó en Estados Unidos”, manifestó Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional para Oriente Medio.
Maalouf indicó que, “sencillamente, no hay explicación que Estados Unidos u otros países como Reino Unido o Francia puedan ofrecer para justificar el flujo constante de armas hacia la coalición encabezada por Arabia Saudí para su uso en el conflicto de Yemen”. “En los últimos 30 meses, esta coalición ha cometido, una y otra vez, graves violaciones del derecho internacional, con consecuencias devastadoras para la población civil”, añadió.
“VERGONZOSO”
Después de examinar los testimonios fotográficos proporcionados por un periodista local que extrajo los fragmentos restantes de la bomba en el lugar del ataque, el experto en armas de Amnistía Internacional pudo identificar con seguridad la placa de datos de un grupo de control informático MAU-169L/B de fabricación estadounidense. Se trata de una pieza utilizada en varios tipos de bombas aéreas guiadas por láser.
Según la Agencia de Cooperación en Seguridad para Defensa, en 2015 el Gobierno estadounidense autorizó la venta a Arabia Saudí de 2.800 bombas guiadas que estaban equipadas con el grupo de control informático MAU-169L/B, entre ellas las bombas guiadas GBU-48, GBU-54 y GBU-56.
Amnistía Internacional pidió la puesta en marcha inmediata de un embargo total para garantizar que no se suministran armas, municiones, equipos militares o tecnología que puedan usarse en el conflicto de Yemen.
Maalouf indicó que “el total desprecio de la coalición por las vidas civiles, así como su falta de compromiso de llevar a cabo investigaciones efectivas, pone de manifiesto la necesidad de una investigación internacional independiente que examine las presuntas violaciones del derecho internacional.
“Resulta vergonzoso que, en lugar de hacer que la coalición rinda cuentas de sus actos en Yemen, los aliados clave, incluidos Estados Unidos y Reino Unido, hayan seguido suministrándole enormes cantidades de armas”, apostilló.
Desde febrero de 2016, Amnistía Internacional ha instado a todos los Estados a garantizar que no se suministran armas ni directa ni indirectamente a ninguna parte en el conflicto de Yemen y ha pedido reiteradamente que se lleve a cabo una investigación internacional independiente sobre todas las presuntas violaciones del derecho internacional cometidas por todas las partes.
Según el informe anual sobre Yemen de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un total de 1.120 niños y niñas han muerto y 1.541 han sufrido heridas desde que se inició el conflicto en marzo de 2015.

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