Líder norcoreano asegura que sus misiles amenazan bases de EEUU en el Pacífico

El líder norcoreano, Kim Jong-un, calificó como exitoso el ensayo de un nuevo misil de medio alcance que según él amenaza varias bases militares estadounidenses en el océano Pacífico.

El régimen de Pyongyang, dotado del arma nuclear, ensayó este miércoles dos misiles Musudan de un alcance de entre 2.500 y 4.000 kilómetros. Este radio de acción los hace capaces en teoría de golpear las bases norteamericanas de la isla de Guam, además de Japón y Corea del Sur.

Según expertos militares nipones, uno de los dos misiles sobrevoló 400 km el mar de Japón y el otro recorrió 150 km, más que en los cuatro ensayos fallidos efectuados este año.

El ensayo fue rápidamente condenado por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU estimó por unanimidad de sus 15 países miembros que los lanzamientos "violan todas [sus] resoluciones", declaró el embajador francés adjunto, Alexis Lamek, tras una reunión a puerta cerrada.

En unas declaraciones difundidas este jueves temprano por la agencia oficial norcoreana KCNA, Kim declaró que se trata de "un gran acontecimiento" que refuerza las capacidades de ataque nuclear preventivo de Corea del Norte.

"Tenemos la capacidad segura de atacar de manera efectiva a los norteamericanos en el teatro de operaciones del Pacífico", dijo Kim, citado por la agencia oficial.

El régimen comunista tiene como objetivo último desarrollar una tecnología balística que le permita llevar a cabo un ataque nuclear contra Estados Unidos en su territorio continental.

KCNA señaló que los misiles fueron disparados de forma que pudiera simularse su máximo alcance.

"El ensayo fue efectuado con éxito, sin el menor efecto en la seguridad de los países vecinos", añadió la agencia de prensa norcoreana.

Por pedido de Washington y Tokio, los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU mantuvieron consultas la noche de este miércoles a puerta cerrada.

La representante de Estados Unidos, Samantha Power, pidió "una condena rápida y conjunta" de los nuevos ensayos norcoreanos. Y declaró que habrá que reforzar la ya estricta aplicación de sanciones adoptadas en marzo contra Pyongyang en el Consejo de Seguridad.

Por su lado, el presidente de dicho consejo, el embajador francés ante la ONU François Delattre, calificó el programa balístico norcoreano de "grave amenaza para la paz y la seguridad regional e internacional".

Melissa Hanham, especialista en armas de destrucción masiva en el Instituto Middlebury de California, estimó que estos dos disparos son un paso adelante inquietante.

"Aparentemente, el segundo disparo fue un éxito. Los tests son ensayos, y de cada vuelo sacan lecciones", comentó a la AFP, pidiendo de paso a los dirigentes políticos que "se concentren en prohibir estos ensayos para impedir que el misil se vuelva operativo".

El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, declaró previamente que estos disparos no harán más que alentar los esfuerzos de la comunidad internacional para hacer frente al programa armamentístico de Pyongyang.

Por su parte China, aliada tradicional de Corea del Norte, advirtió del peligro de "cualquier acción que aumente la tensión" y pidió diálogo.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, calificó de "intolerable" el ensayo, y prometió una mayor cooperación internacional.

Las resoluciones de la ONU prohíben a Corea del Norte emplear tecnología de misiles balísticos, aunque el régimen comunista no ha dejado de lanzar misiles de corto alcance sobre el mar de Japón.

La situación se ha degradado especialmente en la península coreana desde el cuarto ensayo nuclear norcoreano a comienzos de enero. A éste le siguió en febrero el lanzamiento de un cohete, considerado como un ensayo disfrazado de un misil de largo alcance.

El Consejo de Seguridad de la ONU reaccionó entonces adoptando las sanciones más duras jamás infligidas al régimen de Kim Jong-un.

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