La autoría de los atentados fue reclamada por el grupo yihadista Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), que aseguró que el objetivod e los mismos era la comunidad chií. La formación amenazó además con perpetrar nuevos atentados en represalia por la muerte de milicianos suníes en la guerra de Siria.
"Advertimos a la comunidad chií de Parachinar que dejen de mancharse las manos con la sangre de los suníes de Siria, porque de lo contrario os encontraréis, en los días venideros, con ataques tan letales, tan cargados de odio, que no podréis soportarlos", dijo el grupo en su comunicado.
Los atentados fueron perpetrados de manera casi simultánea en el mercado de Turi, teniendo lugar la segunda explosión cuando numerosas personas se acercaron a la zona para ayudar a las víctimas del primer ataque.
El primer ministro del país, Nawaz Sharif, ha condenado enérgicamente ambos ataques, dirigidos específicamente contra civiles --u "objetivos blandos", como los describió en su comunicado de condolencias--, y ha ordenado a las autoridades locales que incrementen la seguridad en todo el país ante los festejos por el fin del mes de Ramadán.
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