"Este último (atentado) de una serie de ataques contra miembros de la comunidad chií durante sus rezos no tiene justificación", ha subrayado el director en funciones de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Afganistán (UNAMA), Toby Lanzer.
"Estos ataques dirigidos contra congregaciones y lugares de culto suponen una violación grave del Derecho Internacional que podría equivaler a un crimen de guerra", ha manifestado.
El ataque fue el sexto en lo que va de año contra mezquitas chiíes en Afganistán, sucesos que se han saldado con al menos 64 civiles muertos y 118 heridos, según cifras de la UNAMA, que cifra en 20 las víctimas mortales del último atentado.
El ataque, cuya responsabilidad reclamó Estado Islámico, se inició con la inmolación de un suicida frente a la mezquita Imán Zaman para abrir paso a los demás atacantes, entre tres y cuatro, que lograron entrar en el recinto.
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