Hallan en excavación el cadáver de un soldado republicano de batalla de Ebro

  • El cadáver, casi intacto, de un soldado republicano que participó en la batalla del Ebro ha aparecido en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas realizadas en la línea fortificada de La Fatarella (Tarragona).

Barcelona, 25 sep.- El cadáver, casi intacto, de un soldado republicano que participó en la batalla del Ebro ha aparecido en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas realizadas en la línea fortificada de La Fatarella (Tarragona).

Así lo informa en una nota de prensa el profesor del departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona Francesc Xavier Hernández Cardona, quien indica que el pasado 21 de septiembre investigadores del Instituto del Patrimonio del CSIC y de su universidad empezaron los trabajos arqueológicos.

El objetivo de los mismos era recuperar dos búnkers de hormigón y la identificación de diferentes líneas de trincheras relacionados con la batalla del Ebro.

Según el investigador, los hechos que se quieren documentar están relacionados con una de las batallas "más duras y desconocidas" de los combates del Ebro y sucedió en noviembre de 1938.

En las excavaciones, señala en la nota, se descubrió el cadáver del soldado republicano y su exhumación ha dado detalles de la persona y de su muerte, como que medía 1,80 metros y calzaba un 44.

El soldado murió por heridas de metralla, posiblemente una granada le explotó a corta distancia y uno de los fragmentos le partió en dos el fémur derecho y hasta nueve trozos de metralla entraron en su caja torácica.

Probablemente, la explosión le arrancó la mano derecha y le rompió el cúbito a la altura de la muñeca, además también le debió dejar el pie izquierdo medio colgando.

Cerca del soldado se han encontrado utensilios de afeitar, una botella de vidrio verde y otros objetos que no se han podido identificar, además de fragmentos de ropa del uniforme.

Según parece, el hombre disparó frenéticamente contra los enemigos que atacaban la posición y permaneció en su lugar de combate hasta la muerte, protegiendo la retirada de sus compañeros.

Según el profesor Hernández, esta excavación ha puesto "la piel de gallina" a la gente que ha participado en los trabajos porque el sacrificio de este soldado y el de otros "salvaron miles de vidas" y probablemente fueron conscientes de que lo que se jugaba allí era "el futuro en libertad de mucha gente".

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