Los marfileños tienen miedo de volver a casa seis meses después

  • Miles de refugiados huyeron de sus casas cuando hace medio año estalló un conflicto civil entre los defensores del perdedor de las últimas elecciones, Laurent Gbagbo, y quienes defendían al ganador legítimo, Alassane Ouattara. La seguridad sigue siendo la principal asignatura pendiente.

Los marfileños tienen miedo de volver a casa
Los marfileños tienen miedo de volver a casa
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"La economía se ha resentido mucho, los precios siguen subiendo, muchos han perdido su empleo, la corrupción se ha extendido… y la situación de las carreteras es lamentable". Ésta es la lamentable estampa que describe César Fernández seis meses después de que el expresidente de Costa de Marfil, el dictador Laurent Gbagbo abandonara -forzado- finalmente el poder.

Medio año después, con los marfileños medio olvidados, este misionero salesiano que vive en Abiyán advierte mediante un comunicado de que "el tema del desarme tampoco ha encontrado todavía solución y la inseguridad es todavía grande". Y es que la renuncia de Gbagbo a abandonar voluntariamente el poder cuando perdió las elecciones en noviembre de 2010 desembocó en una guerra civil con milicianos que adquirían armamento sin ningún control.

El miedo se impone

La situación en Duekué, una de las zonas más afectadas y donde se encuentra la misión salesiana de Costa de Marfil, ha mejorado mucho. De las más de 20.000 personas que acudieron a sus instalaciones a refugiarse en los días de conflicto más cruento el pasado abril, ya sólo quedan "algo más de 5.000 personas".

En la población de Nahibli, cercana a Duekué, se ha puesto en funcionamiento un campo de refugiados que cuenta con luz, agua potable y está protegido. "Sin embargo, mucha gente no quiere ir porque todavía están afectados por el trauma vivido", asegura el misionero Hernán Cordero.

"A los desplazados les cuesta hacerse a la idea de que tienen que irse, pero deben hacerlo. Temen por su seguridad. La gente tiene la impresión de que en la misión están a salvo. Es cierto que estamos ahí, pero también creo que necesitan que se les garantice que, si regresan a casa, todo estará bien", añade el salesiano Cyprien que trabaja en la misión de Duekué.

Miles de refugiados que no se atreven a volver

Ellos están refugiados dentro de su propio país, pero la mayoría de sus compatriotas huyeron a la vecina Liberia. Allí viven hoy unos 163.000 refugiados de Costa de Marfil, según cifras de la ONU.

Precisamente la agencia de Naciones Unidas para los refugiados llevó recientemente de vuelta a su país a los primeros marfileños, 118 personas que volvieron a sus casas en distintas localidades como Duekué.

Pero la mayoría no quiere volver. ACNUR abrió un nuevo campo de refugiados en Liberia el pasado septiembre. "Los refugiados que se han trasladado al campo dicen que aún no están listos para regresar a sus hogares", asegura el organismo.

Aún así, Misiones Salesianas se queja de que las agencias internacionales y las ONG que respondieron a la emergencia en la primavera de 2011 ya se han ido. Los misioneros recuerdan que todavía "es necesario ayudar a la población a medio y largo plazo".

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