Duterte, abierto a retomar las conversaciones de paz con los rebeldes maoístas

  • El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha asegurado este viernes que está dispuesto a retomar las conversaciones de paz con la guerrilla maoísta, con la que las conversaciones se rompieron después de que los rebeldes acusaran al mandatario de incumplir los acuerdos alcanzados.
EUROPA PRESS

En una entrevista ante los medios recogida por GMA tras ir a mostrar sus respetos por los soldados caídos y visitar a los heridos en un enfrentamiento con el Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), brazo armado del Partido Comunista de Filipinas (CPP), Duterte ha afirmado que está preparado para retomar las conversaciones si los rebeldes muestran sinceridad.

Entre sus condiciones para poder volver a la mesa de negociaciones, el presidente ha insistido en la necesidad de que haya un alto el fuego "real y sincero", de que se libere a todos los soldados y civiles secuestrados por el NEP y que el brazo armado de los comunistas cese en sus actividades de extorsión.

No obstante, ha subrayado que no podrá seguir hablando sobre paz con los comunistas si siguen "teniendo odio".

A principios de febrero, el ministro de Defensa de Filipinas, Delfin Lorenzana, declaró una "guerra total" contra la guerrilla maoísta, formalizando así el fin de las negociaciones con los maoístas, que habían anunciado la semana anterior el fin del alto el fuego con el Gobierno a partir del 10 de febrero, acusando al presidente de incumplir los términos del acuerdo.

Lorenzana comparó además al NEP con el grupo armado islamista Abú Sayyaf, resaltando que supone una gran amenaza para la seguridad nacional debido a sus acciones armadas y de extorsión. "El NEP amenaza a los empresarios para conseguir dinero. Les cazaremos y quizá detengamos lo que están haciendo", manifestó el ministro de Defensa filipino.

No obstante, la guerrilla asegura que "el Gobierno no ha cumplido con su obligación de amnistiar y liberar a todos los presos políticos". El portavoz del NEP, Ka Oris, recordó que las liberaciones debían haber tenido lugar 60 días después del anuncio del alto el fuego, el 28 de agosto de 2016.

En respuesta, Duterte aseguró que las exigencias de los rebeldes en cuanto a la liberación de presos políticos son "irracionales".

"Ya hice todo lo necesario para liberar a sus líderes y ahora me piden que libere a otros 400 presos políticos (...). No soy el dueño de la República de Filipinas, no decido solamente yo, tengo que consultar con el pueblo y los militares", argumentó.

El NEP, brazo armado del partido comunista integrado por unos 3.000 hombres, opera principalmente en el este y el sur de Filipinas.

El alto el fuego fue pactado en Oslo como parte de un acuerdo que tiene como objetivo acelerar el proceso de paz y acabar con un conflicto que comenzó hace más de 50 años y que se ha cobrado la vida de alrededor de 40.000 personas.

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