Guerrilla FARC llama a impulsar una Asamblea Constituyente en Colombia

La guerrilla FARC, que este viernes ratificó el acuerdo de paz para poner fin a 52 años de conflicto armado, llamó a concertar "un gran acuerdo político nacional" que inicie el proceso para convocar una Asamblea Nacional Constituyente en Colombia.

"Convocamos a hacer realidad el llamado (...) a concertar un gran acuerdo político nacional (...) para atender los retos que la paz demande", dijo Iván Márquez, jefe negociador de paz de las FARC, durante la clausura de la Décima Conferencia Nacional Guerrillera.

"Las condiciones propicias para ese propósito se encuentran en el impulso de un proceso constituyente abierto que conduzca a la convocatoria y realización de una Asamblea Nacional Constituyente", anunció el guerrillero.

La conferencia nacional es la máxima autoridad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) y cerró este viernes en los Llanos del Yarí, bastión de la guerrilla en el sureste colombiano.

Además del acuerdo de paz, la transición de las FARC hacia un movimiento político legal centró los debates de los 207 delegados de las estructuras rebeldes de toda Colombia que asistieron a la reunión.

"Hemos decidido surtir todos los aprestamientos necesarios para el tránsito de nuestra estructura político-militar hacia un nuevo partido político cuyo congreso fundacional se llevará a cabo a más tardar en mayo de 2017, si se implementan los acuerdos como está convenido", dijo Márquez ante cientos de guerrilleros e invitados nacionales e internacionales.

Tras la cita guerrillera, el acuerdo de paz será firmado por las partes el próximo lunes en Cartagena, pero entrará en vigencia solamente si es aprobado por los colombianos en un plebiscito convocado para el 2 de octubre.

Delegados de las FARC procedentes de toda Colombia se reunieron desde el sábado 17 en el aislado paraje El Diamante para pronunciarse sobre lo pactado con el gobierno para acabar un conflicto en el que también han participado otras guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, dejando unos ocho millones de víctimas, incluidos 260.000 muertos.

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