Los indígenas ixiles, víctimas y voces del genocidio en Guatemala

  • Más de un centenar de indígenas ixiles, supervivientes del conflicto armado (1960-1996) que dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, en Guatemala, se convirtieron en las voces del genocidio por el que se juzga al general golpista José Efraín Ríos Montt, de 86 años.

Oscar René Oliva

Guatemala, 13 abr.- Más de un centenar de indígenas ixiles, supervivientes del conflicto armado (1960-1996) que dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, en Guatemala, se convirtieron en las voces del genocidio por el que se juzga al general golpista José Efraín Ríos Montt, de 86 años.

Sin amedrentarse ante los supuestos autores intelectuales de las matanzas en sus comunidades del departamento noroccidental del Quiché, mujeres y hombres, algunos ya de avanzada edad, unos apoyados por traductores jurados y otros en pobre español, contaron sin tapujos ante el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo las vejaciones a las que fueron sometidos por los militares.

Julio Velasco recordó cómo en la época que gobernó Ríos Montt (1982-1983) cuando él tenía 8 años, fue capturado por un oficial del Ejército en la comunidad de Biscán y llevado a un campamento militar en Nebaj, donde presenció torturas a compatriotas solo por el hecho de no hablar castellano.

Según el testigo, la gente que era capturada por los soldados era trasladada a una aldea y quemada con gasolina.

"Tenía 12 años, me llevaron al destacamento con otras mujeres allí me amarraron los pies y las manos, me pusieron un trapo en la boca y me empezaron a violar. Yo ya ni sabía cuántos pasaron, perdí la conciencia y ya la sangre solo corría... luego ya no podía ni levantarme ni orinar" dijo una superviviente.

El testimonio forma parte de la declaración de 10 mujeres ixiles que detallaron las violaciones que sufrieron y que les dejaron una huella imborrable en sus cuerpos y vidas.

"Se trataba de un ejercicio de demostración de poder y de odio que se materializó a través de sus cuerpos y su absoluta degradación y humillación", manifestó el Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh), que actúa como querellante en el histórico juicio a Ríos Montt y su antiguo jefe de Inteligencia, el general retirado José Rodríguez, de 67 años.

"Agarraron a mi mamá y la arrastraban como a un chucho. Acaso éramos unos animales para que nos hicieran cualquier cosa", relató otra ixil.

"Me acuchillaron y tengo cicatrices de cuando me violaban, ya no podía caminar y me tiraban como una pelota. Yo tenía que cocinar para ellos para que no me mataran", fue otro de los señalamientos contra los militares durante el debate que comenzó el 19 de marzo.

Tiburcio Utuy, ahora de 70 años, mostró al tribunal las cicatrices que le dejaron marcado para toda la vida al haber sido golpeado con brutalidad por soldados.

Testigo de tres masacres en comunidades de Chajul (Quiché), este indígena ixil aseguró que los militares le quemaron el estómago, los testículos y lo dejaron hasta sin dientes durante la paliza.

Contrario a lo que opinan los abogados defensores de los ancianos militares, Utuy sostiene que en Guatemala "sí hubo genocidio" porque, según su testimonio, lo vivió "en 1983".

Más desgarrador fue el testimonio de Francisco Velasco, quien aseguró que a una de sus hijas, menor de edad, los soldados "le abrieron el pecho y le sacaron el corazón".

Estos testimonios son solo algunas de las voces de los supervivientes ixiles que han resonado durante los debates en los oídos de los exgenerales, que han dispuesto de audífonos para escuchar con claridad las acusaciones en contra de militares que estuvieron bajo su mando en la década de los ochenta.

En el juicio también salió salpicado el actual presidente de Guatemala, el general retirado Otto Pérez Molina.

Un antiguo soldado, identificado como Hugo Leonel Leonaro Reyes, testigo de la Fiscalía, aseguró por medio de una videoconferencia por razones de seguridad, que los soldados cometían saqueos y ejecuciones de personas mediante órdenes del "mayor Tito Arias, conocido como Otto Pérez Molina".

El actual mandatario no ha negado su presencia como miembro del Ejército en Quiché, pero rechaza las acusaciones en su contra y las califica de "falsas" y de "malintencionadas", además de poner en duda la identidad del testigo protegido.

Ríos Montt es el primer exmandatario guatemalteco en ser juzgado por delitos de genocidio, y concretamente la Fiscalía lo acusa de ser el autor intelectual del asesinato de 1.771 indígenas ixiles durante su régimen de facto.

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