Una mortífera oleada de bombardeos se abate sobre la ciudad siria de Alepo

Al menos 45 civiles murieron este sábado en los barrios rebeldes de Alepo, devastados por una lluvia de bombas lanzada por las fuerzas del gobierno sirio y su aliado ruso, tras otro fracaso en las negociaciones entre Washington y Moscú sobre una tregua

Entre las víctimas figuran al menos siete civiles --entre las raras personas que se aventuran al exterior para buscar comida-- que hacían cola para comprar yogur en un mercado del barrio de Bustan Al Qasr, según la organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Un corresponsal de la AFP describió un escenario trágico, con restos de cadáveres esparcidos en el suelo, en medio de un baño de sangre. Las clínicas estaban desbordadas con la llegada de nuevos heridos.

Bustan al Qasr se halla en la línea que divide la zona gubernamental de la ciudad, en el oeste, de los barrios controlados por los rebeldes, en el este.

La crisis llevó a Estados Unidos, Reino Unido y Francia --tres de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU-- a solicitar una reunión urgente de ese cuerpo, la que en principio se desarrollará el domingo a partir de las 10h00 de Nueva York (14h00 GMT), informaron fuentes diplomáticas,

En un comunicado conjunto Estados Unidos, Italia, Alemania, Francia, Gran Bretaña y la representante de la Unión Europea endilgaron a Rusia la responsabilidad de reestablecer la tregua.

"Rusia debe probar que está dispuesta y que es capaz de tomar medidas excepcionales para salvar los esfuerzos diplomáticos" en vistas de restablecer una tregua en Siria, dijeron en un comunicado.

Poco antes la Unión Europea había denunciado como una violación de las leyes humanitarias el sufrimiento al que estaban siendo sometidas las poblaciones civiles sirias.

"El sufrimiento indiscriminado que se está causando a civiles (...) es una violación inaceptable de la ley humanitaria internacional" expresaron en un comunicado conjunto el sábado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini y el comisionado europeo para la Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides.

Casi dos millones de habitantes de Alepo carecían de agua debido a los bombardeos de y ataques del viernes y Unicef teme una "catastrófica aparición de enfermedades" a causa de la falta de agua potable, en particular entre los niños.

Alepo, antigua capital económica y segunda mayor ciudad del país, se ha convertido en el principal botín de la guerra en Siria, y por ello es una de las localidades más azotadas por un conflicto que en cinco años ha causado más de 300.000 muertos.

De la floreciente ciudad y su centro histórico, reputado en todo el mundo por haber sido habitado de manera ininterrumpida desde al menos 4.000 años AC, apenas queda hoy un campo de ruinas y desolación.

Desde el lunes arrecian los bombardeos gubernamentales y rusos. El jueves, el ejército sirio anunció el comienzo de una vasta ofensiva, con operativos de "reconocimiento y bombardeos", previos a una "operación terrestre".

En la tribuna de la ONU en Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, lamentó que "ciertos países sigan derramando lágrimas de cocodrilo sobre la situación de los sirios en algunas zonas", como Alepo, en tanto "continúan apoyando y armando a los terroristas (...) que impiden la entrega de ayuda humanitaria". Damasco califica así a todo grupo o persona levantados en armas en su contra.

A pesar de una reunión en Nueva York de los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y ruso, Serguei Lavrov, cuyos países apoyan a bandos opuestos, la comunidad internacional parece incapaz de frenar este conflicto.

Un alto el fuego de una semana, impulsado por Moscú y Washington, terminó el lunes pasado sin que la ayuda humanitaria hubiese llegado a la parte de Alepo asediada por el régimen. Ambas potencias se acusan mutuamente de haberlo violado.

Los habitantes de los barrios rebeldes de Alepo estaban encerrados en sus casas este sábado por la mañana cuando ocurrieron los nuevos bombardeos.

El OSDH informó que hubo bombardeos de la aviación rusa y que los helicópteros del régimen lanzaron barriles con explosivos por segunda noche consecutiva.

"El régimen golpea duramente esta zona porque quiere impulsar a la gente a irse hacia los sectores de Alepo controlados por el gobierno, y así retomar" las zonas rebeldes, afirmó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

El ejército pidió esta semana a los habitantes que se alejaran de las posiciones de los grupos rebeldes y aseguró que los civiles que quisieran abandonar estas zonas en dirección al sector progubernamental no serían detenidos.

El bombardeo aéreo contra tropas sirias realizado por la coalición internacional liderada por Estados Unidos hace una semana fue "intencional" y no un error como señaló Estados Unidos, había dicho ante la ONU el ministro de Exteriores sirio.

"El gobierno sirio sostiene que Estados Unidos es responsable completamente por esta agresión, porque los hechos muestran que fue un ataque intencional, y no un error, aunque Estados Unidos asegure lo contrario", dijo Muallem ante la Asamblea General.

Decenas de soldados sirios murieron en el bombardeo del 17 de septiembre en la ciudad de Deir Ezzor (este), controlada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

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