Sin petróleo no habrá buena atención médica en Sudán ni Sudán del Sur

  • El joven país de Sudán del Sur se fundó sin acordar con los vecinos del Norte cómo repartirían el petróleo de su territorio. Con ambas economías renqueantes y un conflicto armado, la asistencia sanitaria a los 180.000 refugiados que huyen al sur y al resto de la población está muy mermada, denuncia Médicos Sin Fronteras.

2,8 muertos cada 10.000 niños al día. La cruda estadística que parte a los pequeños en trozos recuerda que los menores de cinco años son los más afectados por el conflicto de Sudán y su vecino del Sur. ¡Si se mantienen las tasas de mortalidad actuales en los campos de Sudán del Sur, en un año habrán muerto 1.022 de cada 10.000 niños!

Los pequeños pueden permanecer días envueltos en mantas empapadas por las lluvias. Al mismo tiempo, la falta de agua potable provoca graves diarreas a adultos y menores… éste es el preocupante panorama que describe Alberto Cristina, responsable de operaciones de Médicos Sin Fronteras para Sudán del Sur y Sudán.

La mortalidad de los pequeños ha aumentado gravemente en las últimas semanas en Sudán del Sur, asegura a lainformacion.com, hasta alcanzar ese frío dato del 2,8 (por encima del llamado "umbral de emergencia", establecido en el 2 cada 10.000).

El país que nació el 9 de julio de 2011 ha soplado la vela de su primer cumpleaños inmerso en un conflicto con el Norte por culpa de una frontera indefinida y el reparto del petróleo. La época de lluvias ha conseguido reducir notablemente los enfrentamientos armados, algo que convierte el presente en el momento ideal para huir:

"[Los refugiados] han aprovechado el momento para llegar a un lugar con un poquito más en paz, [pero se encuentran] en unas condiciones que han empeorado mucho en los últimos meses a causa de las lluvias", explica Alberto Cristina a lainformacion.com.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que las nuevas llegadas al asentamiento de Yida, situado cerca de la frontera con la conflictiva región de Kordofán del Sur, duplica desde principios de mayo a la población local, con cerca de 60.000 personas.

Por otra parte, el condado de Maban, acoge actualmente a más de 110.000 refugiados del estado sudanés del Nilo Azul.

Riada de refugiados bajo la lluvia pero sin agua

Lo que más preocupa tanto a Médicos Sin Fronteras como a Acnur es evitar las enfermedades que las lluvias y la falta de agua potable potencian. "Acnur afronta un reto que sólo se ha presentado en contadas ocasiones: la necesidad de llevar a cabo programas masivos de trabajo de campo y divulgación en materia de salud, higiene y saneamiento para mitigar las amenazas a la salud de los refugiados", aseguran desde la organización.

"[Sudán del Sur] necesita una respuesta inmediata de emergencia para la atención médica-humanitaria, pero tenemos que tener en cuenta que el resto del país tampoco está pasando un periodo fácil", apunta Cristina. "Estamos en el periodo de la lluvia, la malaria va a impactar más, la mortalidad va a aumentar y el país no está preparado".

Además, "las infraestructuras del país faltan completamente, especialmente en la zona fronteriza", donde se encuentran los campos de refugiados. Las lluvias torrenciales tampoco ayudan: "las pocas carreteras existentes se están tornando intransitables, lo que retrasa la distribución de asistencia humanitaria", indican desde Acnur.

Es un país que ha pasado "más de 40 años de conflicto muy duro y un país no se puede organizar tan rápidamente", añade Cristina.

La excavación de pozos y camiones cisterna están garantizando el acceso al agua, según Acnur. "En estos momentos hay cuatro equipos de perforación operativos, al tiempo que prosiguen los esfuerzos de excavación de nuevos pozos", asegura el organismo en un comunicado.

Pero esto tampoco resulta suficiente: están reubicando a la población de refugiados de Jamam (en el condado de Maban) en otros campos debido a la escasez de agua potable y a las zonas inundadas.

"Aunque al principio los refugiados eran reacios a trasladarse, los esfuerzos de movilización comunitaria están dando sus frutos", apunta Acnur.

Medicamentos parados en Sudán

"El conflicto entre el Sur y el Norte ha aumentado la desconfianza [por parte del Gobierno de Jartum] de países extranjeros", opina Cristina.

Cuenta que tras más de ocho años trabajando en Sudán (principalmente en Darfur), Médicos Sin Fronteras se está encontrando con nuevas "dificultades administrativas" como la obtención de visados para que sus cooperantes lleven medicamentos y atención sanitaria a algunas zonas del país.

Por ejemplo, un hospital en Kaguro, una región montañosa donde viven aproximadamente 100.000 personas sin otra oferta médica que el hospital ahora incomunicado.

Sin petróleo no hay buena atención médica

Sudán está en guerra extraoficial con el nuevo Sudán del Sur, porque las fronteras siguen sin estar definidas un año después de que entrara en vigor la independencia votada en referéndum por todas las partes. Además, los pozos petroleros se encuentran en el Sur, pero el nuevo país también se fundó sobre arenas movedizas en este aspecto: no acordaron el reparto con el Norte.

El Sur tiene el petróleo y el Norte la infraestructura, pero la falta de acuerdo entre ambos ha resultado en la nula producción de petróleo desde el inicio de la primavera, explica Cristina. Los problemas económicos de unos y otros tampoco contribuyen a una mejor atención sanitaria a los desplazados, denuncia.

"Se puede imaginar claramente que un país que tiene problemas de finanzas, una de las cosas en las que va a recortar es la oferta médica a la población general", opina el portavoz de Médicos Sin Fronteras para Sudán del Sur y Sudán.

Las ONG trabajan junto a las autoridades locales, incluidas las sanitarias, pero denuncian que resulta insuficiente.

El llamamiento revisado por Acnur con fecha del 10 de julio para ayudar a los refugiados sudaneses en Etiopía y Sudán del Sur asciende a 220 millones de dólares. Hasta principios de julio, la Agencia de la ONU para los Refugiados ha recibido sólo 46 millones de dólares (33,6 millones para Sudán del Sur).

Mientras, los refugiados siguen llegando. Son una media de 1.000 cada día, según Acnur. En su huida del conflicto armado se enfrentan a nuevas dificultades en los campamentos masificados de Sudán del Sur.

Sigue @maria_torrens

Sí se mantienen las tasas de mortalidad actuales en los campos de Sudán del Sur, en un año habrán muerto 1000 de cada 10.000 niños

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